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Arquitectos: MYCC Oficina de Arquitectura
- Área: 7612 m²
- Año: 2021
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Fotografías:Ruben P. Bescós
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Proveedores: Cerámicas Gala , La Paloma cerámicas, LedsC4, NEWKER, Orona Pecres, Qsystems
Descripción enviada por el equipo del proyecto. En un nuevo barrio de Madrid, se levanta esta torre perfectamente distinguible por sus esquinas redondeadas, su elegante tono oscuro y un conjunto de anillos metálicos de color bronce que parecen flotar alrededor de las fachadas. La imagen de la torre transmite una firmeza tranquila, gracias a la rotundidad de su volumen y a la delicadeza de sus contornos curvos. En cierto modo, pareciera que ha estado siempre allí.
La torre se compone de 38 viviendas repartidas en diez plantas, y organizadas en torno a un atrio central que atraviesa toda la altura del edificio. Este atrio, coronado por un gran lucernario, llena de luz y ventilación natural el portal en planta baja y la entrada a todas las viviendas, lugares habitualmente desprovistos de luz natural. La estructura portante del edificio se concentra en el núcleo de comunicación vertical y en el perímetro de la torre, y deja así liberado todo el espacio habitable para que las viviendas puedan ser distribuidas con libertad.
La promoción de las viviendas se desarrolló en régimen de cooperativa, y los propietarios pudieron escoger distintas soluciones espaciales. La distribución interior incluye grandes puertas suelo techo que permite realizar recorridos circulares en la vivienda, dinamizando su planta y aumentando la flexibilidad y la amplitud del espacio.
Las viviendas cuentan con generosos ventanales y terrazas cubiertas cuya importancia se redescubrió en los meses de pandemia. Al mismo tiempo, un sistema domótico de última generación permite programar la apertura y cierre de persianas, el control de los termostatos y la iluminación en cada habitación. Además, las viviendas cuentan con sondas de inundación y detector de humos.
Uno de los objetivos del proyecto era el control energético. Para ello se han dispuesto diversos elementos pasivos y activos. Entre los elementos de control pasivo destacan dos. En primer lugar, un doble aislamiento en toda la envolvente del edificio que funciona como un potente abrigo, al evitar los puentes térmicos y consiguiendo unas mínimas pérdidas de carga.
En segundo lugar, el conjunto de anillos exteriores que rodean las fachadas se ha ideado como parasoles que ofrecen sombra en verano y aseguran el soleamiento de las viviendas en invierno. Al mismo tiempo, los anillos sirven como barandillas para las terrazas y otorgan a la imagen del edificio un brillo mateado que cambia la percepción de la torre a medida que el sol avanza en el cielo.
Por su parte, el principal elemento activo es el sistema de climatización que combinado con los mencionados sistemas pasivos permite conseguir una menor demanda y, por tanto, un mayor ahorro en el consumo diario de energía.