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Arquitectos: Ksymena Borczynska
- Área: 150 m²
- Año: 2022
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Fotografías:Ksymena Borczynska
Descripción enviada por el equipo del proyecto. De viaje por Costa Rica cuando empezó la pandemia, mi pareja y yo encontramos un terreno en la selva y decidimos crear un hogar allí. Instalamos una tienda de campaña y pasamos unos meses viviendo ahí y conociendo la zona. Luego empezamos a construir la casa, poco a poco, siguiendo las ideas y necesidades que surgían del conocimiento del lugar.
Lo que teníamos claro era que queríamos pasar los días al aire libre, explorar la naturaleza, y que queríamos que nuestra casa tuviera un impacto mínimo en el medio ambiente. También queríamos diseñar y construir nosotros mismos todo lo posible. Yo diseñé y construí a mano la mayor parte de la estructura y los muebles. Mi pareja desarrolló sistemas de agua y electricidad sin conexión a la red y creó el concepto de iluminación.
El ligero techo ondulado está sostenido por finas columnas dobles y vigas dobles, todas hechas de la misma madera semidura local de 2''x2'' llamada laurel. Las columnas están ancladas en una serie de pequeños fundamentos de hormigón. En el interior de la casa, el terreno arcilloso natural y su topografía se conservan y se cubren con una capa de gravilla, de la que se elevan plataformas de madera y hormigón. El agua de lluvia, que fluye desde el tejado hasta el canalón de madera, abastece un depósito de agua y una pequeña piscina. Las cortinas se cierran durante las lluvias fuertes, proporcionando una protección translúcida que baila con el viento. El diseño ligero y flexible funciona bien en esta zona, donde la actividad sísmica y los movimientos del suelo son comunes. El uso de componentes ligeros permite que una sola persona construya la estructura.
Los espacios están definidos por su entorno, que los encierra, los amplía, abre vistas... Por la noche, una suave luz cálida define las columnas e ilumina los espacios y la naturaleza que los rodea. Los árboles de alrededor dan sombra a la casa y corre una brisa del valle en el bosque. Eso, y obviamente el carácter abierto de la estructura, evita la acumulación de calor y humedad. No cortamos ni un solo árbol para construir la casa, sólo hubo que retirar algunas ramas peligrosas.
Vivir en esta casa significa estar en contacto constante e intenso con la naturaleza. Podemos sentir todos los cambios de luz, viento, temperatura, humedad; hay un sinfín de olores. Llegamos a conocer a todos los animales que viven alrededor y dentro de la casa, sus personalidades, sus costumbres. Nos despiertan los cantos de los loros y los monos y la melodía continua y siempre cambiante se prolonga durante todo el día.
Nunca hemos tenido una mala experiencia con los animales. Quitamos serpientes venenosas con las pinzas y las soltamos en la selva. La amplia y personalizada mosquitera nos da la protección que necesitamos por la noche. Y el diseño tan sencillo de la casa, sin partes ocultas o de varias capas, nos permite ver qué criaturas quieren cohabitar con nosotros. Y luego decidir si estamos dispuestos.
