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Arquitectos: Studio.NOJU
- Área: 110 m²
- Año: 2021
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Fotografías:STUDIO.NOJU
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Proveedores: Vescom, Visobath
“Casa Balboa” es el resultado de la intervención en un apartamento de 110 m2 ubicado en el histórico distrito de Salamanca, Madrid. El apartamento diseñado por STUDIO.NOJU muestra una versión actualizada del uso de las características molduras y revestimientos de madera que tradicionalmente han “vestido” los interiores de los apartamentos de esta emblemática ubicación en la capital española.
Para ello se han aplicado en toda la vivienda estos elementos arquitectónicos propios de la tipología clásica madrileña, como un friso en relieve que viste la parte inferior de las paredes junto con marcos de madera lacada que encuadran las particiones interiores. Estos crean una nueva estructura y unicidad a las diferentes estancias sin la necesidad de realizar cambios en la distribución original del apartamento.
El empleo de color, que acentúa la distribución típica de estas edificaciones clásicas, junto al uso de texturas y la carpintería a medida otorgan a Casa Balboa un estilo renovado que realza el carácter original de la vivienda. El Barrio de Salamanca es una de las zonas más relevantes de Madrid, tanto por la gran calidad arquitectónica de las edificaciones como por ser el distrito con el valor inmobiliario más alto por metro cuadrado de toda España. Los propietarios de la vivienda querían rendir homenaje al carácter singular del barrio, pero con una nueva identidad. Una de sus premisas era la de mantener la distribución original, compuesto por una separación clásica de zonas comunes exteriores y dormitorios volcados a patios interiores, pero otorgando al piso una nueva identidad.
La intervención transforma la percepción espacial del apartamento sin realizar cambios en su distribución. El empleo de molduras, frisos y mobiliarios a medida con un nuevo lenguaje de color y texturas potencian la espacialidad de la vivienda. Para romper el carácter longitudinal de la planta se enmarcan las diferentes particiones y huecos de paso con molduras de madera lacada dándole coherencia y ritmo a las diferentes estancias.
Los espacios que tienen menos luz natural como el recibidor, el pasillo y la cocina se resaltan con el azul Colombino, creando un mayor contraste con el comedor y el salón donde predominan los tonos claros como el verde caña, el marfil y el gris guijarro. Esta paleta de color continúa en el recibidor de la vivienda, creando un espacio de entrada singular en el que destaca un panel perforado retroiluminado que hace de fondo visual al entrar en la casa.
El pasillo que articula la vivienda se optó por dividirlo visualmente en dos partes claramente diferenciadas, ayudando a separar el espacio de circulación en dos zonas, por un lado, la circulación de del área de dormitorios y por otro la de uso más público de la casa. De esta forma se establecen referencias visuales que ayudan a distinguir las estancias de la vivienda sin la necesidad de crear nuevas particiones.
Estas estrategias crean, con el menor número de elementos posibles, una nueva identidad a la vivienda que rinde homenaje tanto a la tipología de la vivienda tradicional del barrio como al lenguaje articulado de sus estancias.