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Arquitectos: Toro Arquitectos
- Área: 1300 m²
- Año: 2011
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Fotografías:Paola Quevedo
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Proveedores: Alera Lightning , Columbia Lightning, Kim Lightning, Plyboo, Tectum, Valcor
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La Fundación Luis Muñoz Marín es una institución sin fines de lucro que se encarga de conservar y promover el legado intelectual de la figura de quien fuera el primer gobernador electo puertorriqueño y de su esposa Doña Inés Mendoza. La fundación se ubica en la finca donde vivió la pareja por varias décadas y que fue su refugio rural ante la creciente metrópoli sanjuanera.
Gracias al esfuerzo de la fundación de conservar los predios de la finca, el lugar conserva hoy gran parte del ambiente natural original que tenía en su época. Hasta la fecha, el programa que alberga la fundación se ha acomodado principalmente en las estructuras existentes y en el edificio del archivo documental que se construyó en la década de los '80. Sin embargo, este carece de un lugar adecuado de encuentro para los visitantes y para resguardar las colecciones de los bienes físicos de la pareja.
Así surge el proyecto para el Nuevo Centro de Visitantes de la Fundación Luis Muñoz Marín y Centro Educativo Parque Doña Inés, como una necesidad para combinar los intereses de la fundación y el parque, y para acoger a los visitantes. El programa del nuevo edificio es principalmente el área de exhibición o museo, almacenes para poder las colecciones de la fundación y del parque, oficinas administrativas, laboratorio, biblioteca y un salón multiuso.
El principal reto del proyecto fue el emplazamiento y su escala. La huella del proyecto sobrepasa considerablemente los edificios existentes, y una de las consideraciones principales era no alterar la esencia de la finca como espacio verde. Por otro lado, el proyecto tenía vincular la Fundación y el Parque Doña Inés ubicado en el límite norte de la propiedad. Por último, la arquitectura tenía que adaptarse a un territorio irregular y boscoso. El proyecto se ubica en el límite norte de la finca en colindancia con la vía principal de acceso. Para la época en que vivía la pareja Muñoz Mendoza en ese borde había cientos de espigas de bambú, que más tarde fueron removidas por considerarse una plaga dejando el claro que tenemos hoy.
El proyecto redefine ese límite y crea el umbral para la entrada a la Fundación. Entre el volumen principal y el salón multiuso se crea un vestíbulo exterior cubierto por una pérgola de aluminio perforado de tonos verdes. El visitante puede tanto entrar directamente al edificio en la planta principal, participar de una actividad en el salón multiusos o dirigirse hacia la plazoleta para ir todas las áreas de la fundación. La plazoleta también incorpora el despacho y biblioteca de Don Luis Muñoz Marín a la secuencia de piezas a ser exhibidas.
Una vez dentro del edificio, el visitante se desplaza a través de una leve rampa hacia el área de exhibición, donde lo recibe el espacio de proyección y luego el área de exhibición. Al finalizar el recorrido el visitante se ubica en torno a la plazoleta y el resto de la fundación. Volumétricamente, el edificio se conforma de volúmenes sólidos de hormigón expuesto y combina el acabado liso con una textura ornamental que evoca el entramado de bambú que existió en el lugar.