En la última edición de los Premios FAD de Arquitectura e Interiorismo, se seleccionó a la Escuela Infantil en la Comunidad de Cerro Colorado, ubicada en la ciudad de Arequipa, como Finalista FAD Internacional 2022. La escuela, diseñada por los arquitectos Ander Bados Sesma y Betsaida Curto Reyes, surgió como una ampliación del colegio Villa Magisterial a cargo de la ONG All Hands and Hearts, después de las fuertes inundaciones sufridas en la ciudad.
La Escuela Infantil en la Comunidad de Cerro Colorado se emplaza en el cono norte de la ciudad de Arequipa, en las faldas de los imponentes volcanes Misti y Chachani. Donde la nueva infraestructura surge como muestra de la resiliencia del pueblo peruano, luego de las fuertes inundaciones que afrontaron en el año 2013. Por consiguiente, desde la primera visita a la escuela (2018), se inició un proceso de conocimiento y entendimiento del lugar junto con el entorno, de las tradiciones y de los sistemas constructivos presentes. Esta labor fue enriquecida con la integración de la comunidad y el profesorado propio de la escuela, con quienes se mantuvo diversas reuniones hasta finales del año 2020, momento en que se puso en marcha la construcción.
Dentro de la diversa zona en la que se ubica el proyecto, en la cual convergen diferentes estilos de autoconstrucción. Se logró identificar un denominador en común, que es la utilización de materiales sin ningún tipo de revestimiento. De este modo, aquella medida tomada principalmente por economía, se convirtió en el concepto del proyecto, el cual ayudó a potenciar los materiales utilizados en la construcción: como el ladrillo, concreto, madera, calamina y metal. Cabe resaltar que, el concreto empleado ha sido matizado para poder lograr una tonalidad similar a la característica del entorno, que le da el nombre al Cerro Colorado. Por consiguiente, se logró construir una edificación materialmente vinculada al entorno, que ahora es un elemento de transición con el edificio antiguo. La sinceridad del material promueve la identificación de la comunidad con la escuela y el modo de construcción, pues revela que la pureza de los materiales expuestos también puede transmitir belleza.
Asimismo, debido a la alta natalidad y al considerable aumento de estudiantes en la zona, se propuso que la nueva edificación tuviese una alta flexibilidad espacial, con la capacidad de adaptarse ante los cambios. Por consiguiente, la nueva escuela cuenta con un aula polivalente que puede dividirse en dos, una cocina, un área de comedor al aire libre y unas gradas que sirven de transición con la antigua edificación. El interior de la misma ha sido trabajado para que, a través de las preponderantes claraboyas, se pueda brindar ventilación cruzada, ayudando a la regeneración de aire en el espacio.
A base de lo previamente mencionado, el jurado del Premio FAD comenta como: “Se valora la atención a la dignidad en un entorno de escasez, y la capacidad de generar un espacio agradable, interior y acogedor, y a la vez permeable y abierto a su exterior. Es relevante la calidad arquitectónica de los espacios interiores, ordenada y permeable a la vez, con una sección que caracteriza los espacios y al mismo tiempo refuerza la ventilación natural.” Y añade que “Hay que valorar también la capacidad de ajustar el proyecto a la realidad del entorno y a sus recursos, con soluciones sencillas y materiales que están presentes en las arquitecturas del contexto.”
En conclusión, la Escuela Infantil en la Comunidad de Cerro Colorado se centró en prácticas de diseño respetuosas que, a través de la arquitectura y la adecuada elección de materiales, mejoraron la calidad de diseño y experiencia de los usuarios. Por otro lado, cabe resaltar el continuo proceso de adaptación en la cual se mantiene el edificio, pues como mencionan los arquitectos: “Solo sabemos que está en continuo cambio, en continuo proceso de adaptabilidad”, considerando aquello como la característica del pueblo peruano que buscan representar, la resiliencia.
