La Intendencia de Flores realizó el llamado al Concurso Público de Anteproyectos Arquitectónicos para llevar a cabo un edificio de usos mixtos denominado Mercado Trinidad a ubicarse en la localidad de Trinidad, Uruguay. Ya sea incorporando las construcciones patrimoniales existentes y reformando o sustituyendo las restantes edificaciones y espacios abiertos, se buscará quitar de la zona el tránsito de camiones y maquinarias de los talleres y depósitos de la Intendencia que hoy en día funcionan allí, promoviendo la regeneración urbana y la revitalización del área central con un nuevo equipamiento urbano en la ciudad.
La idea es que este edificio resulte un hito en el desarrollo urbano de la ciudad y una referencia para habitantes y visitantes sumando un nuevo polo recreativo, comercial y de atracción turística para la región. Los planes previstos involucran la valoración del patrimonio construido, la jerarquización de la centralidad y también sus usos urbanos.
Auspiciado por la Sociedad de Arquitectos del Uruguay (SAU), el jurado otorgó el primer premio a los autores arquitectos Francesco Comerci y Maximiliano García Vairo, en conjunto con los colaboradores Daniel Minetti, Lorena Pfister y Franco Tomaduz. Revisa el proyecto a continuación.
Memoria enviada por los autores. El proyecto plantea proporcionar un dispositivo social-urbano capaz de estimular una nueva situación ciudadana, en consonancia con la voluntad de la administración, a través de un programa eminentemente público. Entendemos que el Mercado Trinidad, formará parte de un sistema de construcciones singulares que se desarrollan en los alrededores, estableciendo un sistema de activadores a escala de la ciudad de Trinidad. Éstos son: el microcentro; el par constituido por la plaza de deportes proyectada por Dieste y la escuela N°1; el Hotel Maxim y el liceo que conjuntamente con el Mercado conformaría un nuevo par.
Relación con la pre-existencia. La propuesta se desarrolla como una reformulación del carácter del edificio precedente, el “galpón”. De modo que, intentamos responder a la memoria y al carácter particular de la pre-existencia de una manera que trascienda la mera nostalgia, reinterpretando sus elementos más característicos.
Para esto, se apeló a la conversión de tramos del muro perimetral, recortado y convertido en trazas del tiempo, enmarcadas en el nuevo edificio como parte de la nueva fachada. Asimismo, se rescataron algunos elementos, como el frontón de acceso sobre la nueva plaza y la huella de la antigua construcción conformada en los límites del nuevo edificio.
Un dispositivo multipropósito. Proyectamos un edificio que, si bien se desempeña como mercado, pueda ser utilizado de diferentes modos en el tiempo, constituyéndose en un dispositivo multipropósito por medio de un diseño modular. Un sistema que establece relaciones espaciales claras, las cuales pueden aceptar diferentes actividades con mínimos cambios y que, a la vez, establezca fuertes sinergias con el liceo que enfrenta.
Configuración del edificio. El proyecto se desarrolla a partir de tres elementos: una cubierta metálica, un patio y un anillo que conforma el entrepiso. La cubierta de cuatro faldas se proyecta sobre el espacio exterior transformándose en una gran pérgola que cubre una plaza pública, abierta al barrio y especialmente al liceo.
A su vez, el mercado se desarrolla alrededor de un patio, que recuerda la conformación de la pre-existencia pero, fundamentalmente, brinda un espacio central abierto y regulado para el uso “interior” del edificio, facilitando también los intercambios de flujos de aire.
En el perímetro, un entrepiso en forma de anillo, techa los locales y entrega una plataforma para las actividades complementarias del programa, a la par que contempla la planta baja y el patio en la zona central. Esta operación dispone del programa y produce alternativas espaciales y visuales sin tensionar la forma y las actividades.
Por consiguiente, la cubierta dispone de todo el conjunto, cobijando las diferentes actividades y mutando en pérgola o a través de la interrupción que implica el patio, pero sin desistir de la continuidad de la estructura, que se concibe sobre una matriz modulada y regular, no solo por la racionalidad de sus elementos sino también como un soporte continuo para disponer según las necesidades presentes u otras futuras.
Tecnología. La estructura del edificio de pórticos de acero, se organiza según una retícula que cubre todo el predio. En el interior del mercado, un sistema de vigas metálicas transversales, soportan las descargas de losas prefabricadas, que conforman el entrepiso.
Los cerramientos de las fachadas son de tres tipos: muro cortina para la fachada a la plaza; en la cara lateral sobre Batlle y Ordoñez se combina con fragmentos del muro de la pre-existencia y finalmente en el patio, una combinación de carpintería de aluminio y recubrimiento de placas de policarbonato. Estas soluciones permiten gestionar la iluminación natural, disponiendo de las transparencias según los casos a la vez que, según sus condiciones, disponen de los flujos de intercambio de aire.
