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Arquitectos: Rubén Valdez, Yashar Yektajo
- Área: 12000 m²
- Año: 2021
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Fotografías:Onnis Luque
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Proveedores: Adobe, AutoDesk, Jardinarte, Partr3s, Trimble, Vivero del pacífico
Descripción enviada por el equipo del proyecto. En este proyecto quisimos enfatizar el dinamismo del movimiento natural del desierto, explorando y destacando la topografía creada por sus vientos y por los elementos que contribuyen para hacerlo un regalo para los sentidos. Su forma natural de crear caminos y espacios que aparecen y desaparecen como en un paisaje de sorpresas, y lo hicimos manteniéndonos fieles a su naturaleza y sus propios ciclos. El desierto es una tierra de cambio constante. Los vientos y las estaciones lo moldean y remodelan, transformando sus ondulaciones, sus relieves, sus fisuras, todo su aspecto con un solo toque del viento. Trabajamos en un diseño inspirado en esto, sin líneas duras, imaginando todos y cada uno de los contornos de su topografía como si estuvieran formados por ráfagas de desierto en lugar de lápiz sobre papel.
Pero no son solo los vientos los que esculpen la apariencia del desierto: el agua y la lluvia, aunque poco frecuentes, son el hechizo mágico que puede cambiar el color de la flora, su olor, su textura en cuestión de un instante. Para asegurar que pudiéramos resaltar este fantástico suceso, solo usamos plantas que son endémicas del área para que estas floraciones sucedieran naturalmente sin necesidad de agua adicional o intervención humana. De esta manera, los huéspedes del hotel pueden experimentar el desierto en su forma más real y, en la práctica, el proyecto puede mantener su magia con la menor cantidad de mantenimiento. Siguiendo con la idea del agua y los sentidos, mantuvimos y dirigimos un brote de agua que recorre la propiedad para brindar un placer auditivo a los huéspedes y que culmina en un fantástico ojo de agua, el cual nos transporta a un oasis natural.
El desierto tiene una forma especial de revelarse poco a poco a quienes lo exploran. Aunque vasto y extenso, está conformado por espacios aparentemente infinitos y únicos, cada uno con su propia combinación de colores, texturas y tamaños definidos por sus plantas y sus edades. Para recrear esto en la propiedad, trazamos sus caminos de manera que, cuando los recorrían, los invitados sintieran la apertura y el cierre de una variedad de lugares, en lugar de una revelación grandiosa. De esta manera, los visitantes tienen la oportunidad de obtener la experiencia de explorar el desierto al caminar por el hotel. Para lograr esto y aún mantener las comodidades que no siempre otorga un desierto, cultivamos especies endémicas en un invernadero especial durante más de un año y plantamos esas plantas jóvenes junto a muchas otras más viejas que ya estaban en el área. Esto nos dio la oportunidad de combinar diferentes especies de diferentes alturas para simular el crecimiento natural en el desierto, pero dejando suficiente espacio para que los invitados se muevan libremente. La parte más importante del proceso de creación del proyecto Paradero provino de la inspiración que creció dentro de nosotros, de nuestros muchos viajes al desierto de Baja California, usamos la plétora de información que compartió con nosotros, para sembrar en cada detalle.