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Arquitectos: Miriam Castells
- Área: 10250 m²
- Año: 2021
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Fotografías:David Zarzoso
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Proveedores: Porcelanosa Grupo, Arlex, Catalonia Ceramica, Com-led, Grupo Cubor, Mobles 114, Mármoles Ferosa, Oluce, Pauferro, Santa & Cole, Simon
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Miriam Castells Studio firma esta reciente reforma de la sede territorial del Banco BBVA en Valencia. Se trata de un emblemático edificio en una céntrica zona de la ciudad, que se construyó en 1965, para el que ha sido necesaria una reforma integral de fachada, recepción y plantas interiores.
La intervención se ha realizado respetando al máximo los elementos originales del inmueble. En el exterior, se ha mantenido la premisa de calidad que ya otorgaban los materiales originales. En el interior, se ha jugado con los contrastes en texturas, colores y materiales, y se ha realizado una cuidada selección de mobiliario.
El imponente edificio cuenta con 12 plantas y 10.250 m², fue construido en el 1965. La actual sede territorial del banco BBVA ocupa 7 de las 12 plantas, el resto se destinan a uso de oficinas en alquiler.
La fachada requería de una rehabilitación integral, ya no sólo por el estado envejecido de sus materiales, sino también por la renovación completa de todas sus carpinterías. El leitmotiv del proyecto se basa en un respeto integral de la esencia del diseño original. El hormigón, la caliza y dos tipos de granito componían la fachada del banco. En la rehabilitación se mantiene la materialidad de la fachada original: hormigón, caliza y sólo un tipo de granito dan forma al edificio.
En planta baja se han eliminado todos los montantes de las antiguas carpinterías y zonas opacas de fachada, dotando de gran transparencia a todas las estancias de dicha planta, permitiendo la interacción de los interiores con los viandantes. Esta permeabilidad respeta la estética original del edificio a la vez que cumple con el programa funcional actual.
La entrada original mostraba una disposición desordenada del espacio, muy sombrío, que termina en una escalera de mármol blanco Ibiza y negro Marquina. Desde este punto de partida, se empiezan a desarrollar el resto de los materiales que, según uso y ubicación, formarán parte del proyecto. Se incluye la madera de nogal que, junto a los mármoles blanco y negro, constituyen un buen aliado para realzar la estética que evoca a los años ‘60.
El pasillo de mármol Ibiza e iluminación indirecta conduce al vestíbulo de accesos de planta.
La escalera se restaura y se modifica la barandilla. Ésta se realiza en obra y se remata con un pasamanos de madera de nogal. Los accesos de ascensores se revisten en mármol negro Marquina como estaban originalmente.
Los baños se revisten en un porcelánico, las griferías son de en acero inoxidable y las mamparas en nogal. Se iluminan con luz indirecta en el espejo y con downlights.
Los correderos de las oficinas se revisten en nogal y se iluminan mediante sistemas de carril. En la última planta del edificio se recupera el uso de oficinas, anteriormente inutilizado, dotándolo de un espacio diáfano, instalaciones vistas, proyectado con perlita y unas terrazas exteriores con perspectiva a toda la ciudad.