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Arquitectos: P+S Estudio de Arquitectura
- Área: 45 m²
- Año: 2021
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Fotografías:Imagen Subliminal
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El encargo consistía en la renovación de un apartamento de 1850 ubicado en el centro histórico de Madrid, con una superficie de 45m2. La necesidad del cliente de generar un nuevo espacio que contuviese al menos un dormitorio, un baño, una cocina, espacio suficiente de almacenaje, y la posibilidad de algún pequeño espacio extra para diversos usos —sin volver a subdividir demasiado los espacios—, aprovechando al máximo la orientación sur del balcón para llenar de luz todos los recintos, suponía un desafío mayor.
De esta manera, la vivienda se plantea como un múltiplo de sí misma, buscando multiplicar así las posibilidades de apropiación en un ámbito espacial reducido. De esta forma, “Casa Múltiplo” hace referencia a la necesaria indeterminación de usos que entendemos debe poseer la vivienda contemporánea, en donde la adaptabilidad y flexibilidad de los espacios, juegan un rol fundamental para permitir adicionar ámbitos de uso sin tener que crecer necesariamente en metros cuadrados.
En este sentido, la pregunta inicial que nos hemos planteado para asumir el encargo tiene que ver con cómo hacer crecer y multiplicar los usos en una vivienda que tan solo permitía 35m2 útiles de acción. En consecuencia, la variable del tiempo (temporalidad de uso) estableció una primera pista y un primer recurso de acción, como estrategia de intervención, asumiendo la necesidad de no determinar recintos de usos estáticos en aquellos espacios que permitían una transformación durante el uso diario.
De este modo, la vivienda reconfigura la subdivisión original, dejando solo el perímetro estructural como base, estableciendo así, una nueva configuración espacial a partir de la definición de un eje húmedo que recoge cocina y baño, articulados por un área de acceso a la vivienda que funcionará como recibidor. El área de salón-comedor quedará entonces articulada con el dormitorio mediante dos paneles móviles que permiten adicionar o restar metros a cada uno de estos dos ámbitos, permitiendo a su vez conectar toda la planta de la vivienda, en relación a la transformación o usos que el usuario quiera definir; permitiendo así la creación de nuevos rincones, nuevas relaciones visuales y circulaciones, que puedan aparecer en el uso diario del espacio.
Ambos tabiques móviles, a su vez, quedan articulados por un armario-estantería que funciona como pieza intermedia entre los espacios de salón-comedor y dormitorio. Este último se plantea como un escenario flexible, con el diseño de una cama plegable que permite transformar el dormitorio en una zona de trabajo, un espacio de ocio, o bien, comunicarse completamente con el salón principal. De esta forma, se proyecta como un espacio indeterminado, donde el movimiento de los paneles, junto con la aparición o desaparición de la cama, abre paso al azar, la flexibilidad y la transformación de usos.
La estrategia con el material consistió en minimizar la cantidad de elementos empleados, de modo que la materia contribuyese a unificar la operación espacial y con ello a reducir los recursos empleados en la obra. De este modo, se define un material principal, la madera de pino abeto, que se empleará en suelo y mobiliario, tanto de cocina, baño, cama plegable, estanterías, como en carpinterías nuevas de ventanas; estableciendo así una expresión continúa entre todos los elementos espaciales dispuestos. A su vez, se opta por la utilización de microcemento gris para las zonas húmedas de baño y cocina, que permitiesen evitar las juntas y facilitasen su mantención futura. El policarbonato empleado para los tabiques móviles, busca definir un nuevo ámbito para entrever, conectar, dividir, e iluminar la zona más profunda de la vivienda, con ello se establece una operación sutil y económica para estos elementos.
Finalmente, era importante poner en valor los elementos que pudiesen dar cuenta de la antigüedad de la vivienda (1850). Para ello, se decidió desvestir el muro principal de la vivienda, de modo que se dejara vista la estructura de madera original y el ladrillo, con toda la imperfección natural que ha añadido el paso del tiempo. A su vez, se conservan las carpinterías originales de las ventanas principales, al igual que las contraventanas interiores, las cuales se limpian, dejando expuesta la madera de pino original, su veta y toda su pátina recogida a lo largo de los años.
Por último, se opta por blanquear todo el interior, de manera que la vivienda pueda absorber la mayor cantidad de luz natural, lo cual sumado a la elección de la madera de pino abeto, terminan por configurar la atmósfera lumínica del espacio.