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Arquitectos: HANGHAR
- Área: 85 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Luis Diaz Diaz
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Proveedores: Artemide, Adobe, AutoDesk, Chaos Group, Delinia, Robert McNeel & Associates, VIVES CERAMICA
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto consiste en la renovación de un apartamento de 85 m2 en un edificio de los años setenta del centro de la ciudad. La vivienda se plantea como un ejercicio de recursos limitados, en el que la reducción de soluciones espaciales, materiales y tecnológicas permita la máxima flexibilidad de comportamiento. Ante la constante situación de incertidumbre de nuestra sociedad, ésta se concibe como un sistema abierto e indefinido capaz de servir como fondo de escena de quien la habita. Un sistema propositivo, no definitivo.
Por ello, la vivienda se aleja de distribuciones espaciales prefijadas y convencionales, articulándose a través de una serie de estancias programáticamente genéricas, pero espacialmente específicas, en las que quien la ocupa se define libremente. De esta manera la vivienda es capaz de responder a las vicisitudes del habitar contemporáneo y no a directrices impuestas por las lógicas del mercado.
A nivel espacial, el proyecto se resuelve con la implementación de una retícula asimétrica que ordena y articula el espacio original. Cada estancia, de dimensiones rectangulares, se concatena con las demás a través de unas aperturas centrales de gran tamaño, generando una suerte de “enfilade” que comunica los distintos cuartos y establece una continuidad visual que amplifica el proyecto al tiempo que diluye los límites de uso que en él ocurren.
La resolución material del proyecto es directa y reducida. El suelo, de resina epoxi, diluye la sensación de escala en el espacio, al tiempo que el techo, tosco y cavernoso, se presenta como un ornamento cuasi barroco resultado de la imprecisión del yeso proyectado. El área de cocinado, cubierta de espejos, simplemente desaparece. Y si bien la carga estética del proyecto podría definirse como aséptica, recordándonos a las analogías de Beatriz Colomina entre el minimalismo del movimiento moderno y las pandemias de principios del siglo XX, la arquitectura interior del proyecto se reduce no tanto como respuesta a estándares de higiene sino sociales; un sistema ambiguo, capaz de servir al habitante que acoge, sin proyectar definiciones prefijadas e inalterables.