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Arquitectos: Colle Croce
- Área: 275 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Javier Agustín Rojas
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Proveedores: Aluar, AutoDesk, TDL
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El encargo consistía en la puesta en valor y ampliación de una vivienda unifamiliar ubicada en La Lucila, un barrio residencial al norte de la ciudad de Buenos Aires.
La casa pertenece al período de la arquitectura argentina que va desde mediados de los años 20 hasta finales de los 60 del siglo XX. Su lenguaje racionalista, blanco, es la expresión de la nacionalización de la ortodoxia moderna europea y existen muchos ejemplos similares en la zona, siendo la producción de Carlos Vilar, una referencia ineludible. La vivienda había sufrido algunas intervenciones que atentaban contra su esencia, tuvimos que develar esa estructura original para responder a las necesidades de sus nuevos usuarios, resignificando los espacios y así lograr un habitar contemporáneo.
La pregunta era: qué campo expresivo/estructural es el indicado para materializar la intervención? Evitando caer en una mímesis con lo preexistente, nos propusimos reinterpretar su espíritu racionalista pero con tecnología actual. El resultado es una intervención liviana y fresca, que propicia una relación directa de los espacios principales de la casa con el gran jardín y los otros usos que éste integra: la pileta, el solario, y una Loggia estar-comedor exterior.
Una multiplicidad de experiencias acompañan la “promenade” desde la vereda. Un patio con sectores semicubiertos con abundante vegetación abre camino a un semicubierto de proporciones generosas. El hall es el gran articulador de funciones y además el nexo que une lo existente con la nueva intervención.
El estar-comedor, de proporciones generosas, se funde con el jardín gracias a un acristalamiento corrido, con muchas posibilidades de apertura hacia uno u otro lado.
La cocina ocupa el espacio que alguna vez fue el estar, la resignificación de ese espacio otorga al uso actual cierta jerarquía. La disposición lineal de mesadas y barra en contrapunto con la concavidad aventanada (rasgo distintivo de estas “casas blancas”) produce una sensación de fluidez y descompresión.
En planta alta, dos dormitorios de niños con baño pertenecen a la estructura original.
El dormitorio principal, cuenta con una serie de atributos que le dan un carácter independiente. En este espacio se reconoce el ancho total de terreno, visuales sobre el jardín y aledaños a través de un aventanamiento completo, cuenta además con vestidor, un sector de estudio y baño completo.
En el segundo nivel (siempre fue una consigna poder colonizar la azotea inaccesible) un gran espacio puede ser utilizado a la vez como estar y estudio, y cuenta con un apoyo de servicios generales completo.
El remate de la obra es entonces un estar-mirador con terrazas a ambos lados a la altura de las copas de los árboles, desde donde se alcanzan vistas muy largas hacia las diferentes orientaciones.