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Arquitectos: büro für bauform
- Área: 284 m²
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Fotografías:Markus Vogt
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Proveedores: Alape, Bauder, Brucha, Fischer, HeidelbergCement, Stahlbau Zienert, Steinberg
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El edificio muestra cómo nos imaginamos a la gente viviendo en el futuro. El jardín de la azotea aumenta la biodiversidad de las ciudades, mejora la calidad del aire y refresca el edificio mediante la sombra y la vaporización del agua. Además, los residentes comparten el jardín para cultivar verduras y frutas cerca de sus casas. La idea de comunidad es la piedra angular de este proyecto. La imagen del edificio se basa en su aspecto histórico, que fue demolido durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Inacabado, crudo y abierto, el volumen arquitectónico es una representación de sus propios restos
Este proyecto es un experimento sobre el uso de materiales no convencionales para conseguir una arquitectura de alta calidad en un entorno urbano. Los métodos de construcción se toman prestados de las estructuras industriales y se mejoran mediante detalles personalizados. Los materiales altamente prefabricados garantizan el progreso puntual de la construcción y la rentabilidad.
La estructura de acero asegura la flexibilidad y adaptabilidad para futuros usos. Las plantas del tejado se riegan con el agua de lluvia recogida y contribuyen a reducir la huella de carbono del edificio. El volumen es una simbiosis entre estructuras orgánicas y construidas.
Todos los residentes del edificio tienen acceso al jardín de la azotea para cultivar alimentos saludables y orgánicos. La casa se convierte en una simbiosis de estructura orgánica y vivienda urbana. La presencia de las plantas aumenta la biodiversidad, al tiempo que desempeña un papel fundamental en la sombra y la refrigeración del edificio durante el verano.
El inmueble fue adquirido por una familia con el propósito de ampliarlo y convertirlo en un edificio multiusos, que incluye una vivienda para sus cinco miembros, tres locales comerciales y dos apartamentos de un dormitorio. Los barrios históricos de Núremberg tienen una alta densidad urbana y es casi imposible encontrar viviendas con espacios verdes privados. Por eso se decidió tomar el tradicional patio trasero y colocarlo en la azotea del edificio.
El resultado es una tipología urbana nueva y única, que tiene mucho potencial para futuras viviendas. La estructura de acero que enmarca el jardín de la azotea es una referencia a la forma original del tejado de la arquitectura de preguerra. Desde el punto de vista del patrimonio, el arquitecto optó por recrear la forma del alero original con vigas de acero, lo que da lugar a una cita poética de un espacio perdido.
Todos los residentes pueden utilizar la azotea para actividades recreativas y de jardinería, siendo este último la actividad principal y del que deriva su nombre, Casa planta. El uso de jardineras hace que la experiencia sea menos agotadora y los colectores de lluvia garantizan un suministro de agua sostenible. Este edificio es un prototipo de una futura forma de convivencia, que garantiza el acceso a una alimentación sana y una vida comunitaria consciente en las ciudades.