Los grupos y colectivos que trabajan en los márgenes del campo disciplinar de la arquitectura son, afortunadamente, cada vez más habituales. Sin embargo, son raros los que en tantos frentes diferentes se esfuerzan por ampliar los límites de la profesión como Goma Oficina, de São Paulo, actualmente compuesta por Ana David, André Stefanini, André Bonani, Christian Salmeron, João Wallig, Fernando Banzi, Guilherme. Tanaka, Lauro Rocha, Maria Cau Levy, Paula Marujo, Victoria Braga y Vitor Pena.
Entendiendo la arquitectura como cultura en su sentido más amplio, Goma trabaja desde 2010 en proyectos que se ubican en un territorio poco definido, marcado por transdisciplinariedad y solapamientos entre diferentes campos. Su producción más reciente incluye exposiciones, libros, investigaciones, debates, instalaciones y maquetas vinculadas a las áreas de la arquitectura, el diseño gráfico, la fotografía y el arte.
Tuvimos la oportunidad de hablar con miembros de Goma Oficina sobre su trabajo más actual y la reciente transición de colectivo a asociación cultural. Lea la entrevista a continuación.
Romullo Baratto (ArchDaily): De un colectivo interdisciplinario, Goma ahora está pasando por una transición para convertirse en una asociación cultural. Parece casi natural, considerando su cartera y su desempeño. Pero, ¿qué, de hecho, les llevó a decidir pasar por esta transformación? ¿Cuáles son las ventajas de posicionarse como asociación cultural?
Goma Oficina: A pesar de estar formalizada desde 2010 como empresa, Goma siempre ha sabido que esta estructura no era representativa de los propósitos y formas en que nos organizamos como grupo. La transformación en asociación armoniza mejor con nuestra operación, flexibiliza un poco la parte de contratación, lo que siempre ha sido una forma de financiar la investigación. Por otro lado, entendemos que como asociación es posible lograr otros propósitos, y crear articulaciones institucionales y no institucionales con colectivos y comunidades, de una manera más objetiva.
Dejando a un lado el tema burocrático, creemos que gran parte de esta transición tiene que ver con el reconocimiento de que, en algún momento, nació como una iniciativa interdisciplinar en la práctica, con el tiempo ha mostrado una posibilidad real de actuar a través de la transdisciplinariedad, y en este sentido tensar los límites de los campos en los que operamos. Proyectos como Vila Flores, Fronteira Livre, Vkhutemas o el libro Arquitecturas Contemporânea no Paraguay, nos hablan de la tensión y disolución de las fronteras entre arte, arquitectura, manufactura, artesanía, diseño, fotografía, producción cultural, docencia, difusión, etc. De tal forma que reconocer estas obras como proyectos en cualquiera de estos campos de manera individual, daría como resultado una visión rezagada del proceso. Se entienden convencionalmente como tipos distintos que dialogan entre sí, pero que cuando se fusionan y se convierten en algo más indistinguible, solo pueden entenderse completamente por el espectro más amplio que llamamos cultura. Para nosotros, la Asociación Cultural parecía ser este lugar de aglutinación, y necesariamente de promover la democratización de la cultura.
Esto, en sí mismo, vuelve a cuestionar una discusión desde el punto de vista pedagógico y, también, dentro de la institucionalidad académica. El contacto e intercambio con la academia está ligado al proceso de maduración del colectivo, en el sentido de que lo que siempre ha sido una nota clave del desempeño del grupo desde sus inicios - cuestionar los modelos convencionales y hegemónicos - se ha convertido en una necesidad de rendición de cuentas, de compromiso con el futuro en un contexto más amplio y colectivo.
Nos parece importante afirmar que este movimiento, la transición del colectivo a la asociación, se desarrolló de una manera muy orgánica. Ya estábamos organizados y articulados de tal manera que éramos una pequeña asociación cultural, pero sin ser desde un punto de vista burocrático, sobre el papel.
RB: Tienen una producción muy diversa, quizás reflejando la diversidad de las y los propios miembros de Goma. ¿Cómo funciona el proceso de captación y desarrollo de proyectos? ¿Existe una división interna clara? ¿Pueden mencionar algunos ejemplos?
Goma: Nuestra estructura organizacional funciona de manera no jerárquica, con la autonomía de los integrantes. Cada proyecto desarrollado requiere, en mayor o menor grado, según sus especificidades, un liderazgo definido, una coordinación. Esto ocurre de manera flexible, de tal manera que, si el proyecto requiere coordinación, quien mejor pueda realizar la tarea, dominio de la temática, interés y disponibilidad, asumirá este rol.
Normalmente partimos de proyectos vinculados a la investigación de quienes componen Goma. Nos dimos cuenta de que una búsqueda nunca es del todo parte del grupo, siempre necesita a alguien en particular que busque profundizar en el tema para que tenga coherencia. Esto acaba impulsando al grupo en su conjunto, porque en un momento eres tú quien dirige el proyecto, en otro tu investigación colabora y aporta al proyecto del otro. Al principio, trajimos estos proyectos que partieron de las iniciativas individuales. Sin embargo, en los últimos años, hemos buscado intensificar la propuesta a través de avisos públicos y privados. Y poco a poco nos fuimos capacitando para poder participar en toda la cadena productiva de un proyecto: captación de fondos, producción, creación, rendición de cuentas, etc.
RB: Aunque diversificadas, parece que todas o casi todas las obras que desarrollan transitan o están atravesadas por cuestiones relacionadas con la arquitectura o, más ampliamente, con el espacio público. Desde maquetas hasta instalaciones, desde expografías hasta proyectos gráficos. ¿Son estas preguntas fundamentales para Goma, o podemos esperar a partir de ahora, constituida como asociación cultural, más obras ajenas a la arquitectura?
Goma: Entendemos que nuestra producción, fotolibros, exposiciones, grupos de investigación, debates, está relacionada con la arquitectura, ya que entendemos la arquitectura como cultura. Esto nos hace comprender otros soportes de expresión que no necesariamente son un edificio.
La necesidad de cuestionar los modelos convencionales y hegemónicos está relacionada con la crisis que atraviesa el ejercicio profesional de las y los arquitectos en Brasil desde hace tantos años. Ausencia en la esfera pública; fondos insuficientes para la asistencia técnica. Culturalmente no existe un reconocimiento del área como una profesión de carácter social y necesaria para la construcción de territorios democráticos.
El arquitecto de mesa de dibujo que hace grandes proyectos públicos, o viviendas unifamiliares de alta gama, no es exactamente el modelo para la realidad del trabajo de todas y todos los jóvenes que anualmente se gradúan como arquitectas y arquitectos (mayoritariamente mujeres, 75% hasta los 30 años). Conscientemente o no, nos dimos cuenta de que estábamos tratando de responder a estas preguntas.
RB: El libro “Arquitectura contemporánea en Paraguay”, recientemente y merecidamente premiado con Jabuti, tiene una curiosa historia que comenzó con Lauro Rocha yendo a Paraguay a comprar un lente para fotografiar arquitectura. ¿Podrían contar esta historia brevemente?
Goma: El proyecto comenzó con un viaje a Paraguay en 2014, del fotógrafo Lauro Rocha. Su intención inicial era ir a Ciudad del Este, comprar equipo fotográfico. Con pocos recursos para el viaje, se puso en contacto con la revista AU, para intentar financiar su viaje a Paraguay, y extender la ruta hacia Asunción, viendo ya la posibilidad de registrar obras de algunos arquitectos hasta ahora poco registrados por fotógrafos latinoamericanos y también poco conocidos en Brasil. Así, comenzó a investigar más sobre la producción de arquitectura en Paraguay y, con la aprobación de la editora de la revista, Bianca Antunes, entró en contacto con varios arquitectos del país. Entre ellos, el primero que respondió y confirmó que recibiría a Lauro fue el querido José Cubilla.
Los proyectos registrados en ese primer viaje fueron publicados y pronto nuevas oficinas paraguayas comenzaron a buscar a Lauro para registrar sus obras. Es así como siguen 9 viajes más entre 2014 y 2018, siempre para fotografiar nuevas obras y siempre encontrando nuevas oficinas y arquitectos allí. La producción paraguaya en este período comienza a publicarse cada vez más en Brasil y en el mundo, bajo diferentes perspectivas: Leonardo Finotti, Federico Cairolli, Pedro Napolitano Prata, Pedro Kok y el fotógrafo paraguayo Leonardo Méndez. La producción paraguaya ha atraído la atención internacional. Entre los muchos premios que siguieron a este período, destaca el León de Oro de 2016, otorgado a la Oficina de Arquitectura (Solano Benitez, Glória Cabral junto a Solanito Benitez) en la Bienal de Arquitectura de Venecia. La edición de 2016 fue la segunda vez que Paraguay integró los pabellones nacionales de la exposición.
En 2017, con la idea inicial de realizar una exposición en São Paulo, con un proyecto aprobado por la Ley Rouanet, y parte del dinero ya recaudado, diseñamos el taller Territorio Assunción, con el fin de acercarnos al contexto donde esa producción fue desarrollada. La metodología del taller mezcló, durante cinco días, investigación de campo, registro fotográfico y cartografía. El viaje grupal a Paraguay, financiado por Unibes Cultural, contó con la colaboración de socios, arquitectos y estudiantes de arquitectura paraguayos y argentinos que participaron del taller, y representó el puntapié inicial para la disposición de contenidos.
Antes del viaje, ya contamos con la participación de los queridos amigos Lena Império, Pedro Beresin y Eduardo Verri, quienes aceptaron la invitación y se incorporaron oficialmente al equipo de investigación y diseño de lo que se convertiría en el libro. Su colaboración fue fundamental, especialmente en la organización del material que se publicará, en 2019, después de 2 años de maduración, y con la invaluable colaboración de Romano Guerra Editora en la contribución editorial y con el apoyo institucional de Editora da Escola da Cidade.
RB: El trabajo desarrollado por ustedes ha sido reconocido con importantes premios, como APCA por la exposición “Vkhutemas: el futuro en construcción”, y el ya mencionado Jabuti por el proyecto gráfico del libro sobre arquitectura paraguaya. ¿Qué tipo de valor ven en esto? ¿Qué puertas puede abrir?
Goma: Los premios y títulos son más valiosos para quienes ven desde afuera que internamente para nosotros.
Por supuesto, es muy bueno tener un trabajo reconocido; el reconocimiento nos da el valor para seguir produciendo. Pero el mayor retorno, para nosotros, es ver cuánto anima a otros grupos y otros colectivos a aparecer y articularse, cómo abre un camino cada vez mayor para que otros grupos actúen.
RB: ¿Cuáles son los planes actuales de Goma Oficina? ¿Qué trabajos podemos esperar para 2021 y más allá?
Goma: El contexto de la pandemia Covid-19 ha suspendido muchos planes, reordenado prioridades y ha estado exigiendo solidaridad, paciencia y responsabilidad de todos nosotros. Este momento de suspensión colectiva es también un momento de revisión crítica, y puede ser un momento oportuno, después de la emergencia, para generar resiliencia.
Como asociación, estamos enfocados en nuestra organización interna, con el fin de mejorar las formas de enfrentar un escenario de país gravemente adverso de tantas formas.
También estamos en una casa nueva. A partir de ese año, Goma tiene su sede en Galpão comum [en São Paulo], un espacio que nos dará autonomía para desarrollar actividades como conferencias, talleres, exposiciones, residencias técnicas y culturales, una biblioteca para uso público, así como articulación. con nuevos grupos y colectivos.
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