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Arquitectos: OBO Estudi
- Área: 100 m²
- Año: 2018
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Fotografías:Andrés Flajszer
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Proveedores: AutoDesk, Kerakoll, Pando, Roca, Simon
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto parte de la remonta de un edificio plurifamiliar en el centro de Sant Esteve de Palautordera construido durante los años 70 a base de muros de carga cerámicos. Una joven pareja sin hijos encarga una vivienda capaz de adaptarse a sus necesidades actuales y venideras transformando un antiguo almacén. La planta acceso se ocupa con un salón-comedor, la cocina y un pequeño baño. La planta remontada contiene tres habitaciones (dos de ellas conectadas i con un programa menos definido), un baño y un distribuidor que aprovecha su situación en el punto más alto de la cubierta para iluminar e influir en el comportamiento bioclimático del edificio. Se opta por sustituir el peso de la cubierta existente de construcción tradicional por una nueva estructura ligera de madera que aprovecha el sistema de muros de carga y permite una rápida construcción sin afectar la cimentación del edificio ni el funcionamiento del restaurante de planta baja.
La materialidad de la vivienda responde a la voluntad de dar consistencia a las preexistencias del edificio. En la planta de acceso se opta por pintar de blanco el antiguo ladrillo estructural para aportar cierto confort a la estancia y sólo se deja visto el nuevo ladrillo usado en la construcción del banco. En la planta superior, de estructura de madera, se busca la calidez revistiendo los paramentos estructurales con tricapa de abeto, mientras todos aquellos que no tienen función portante se pintan de blanco. El encuentro entre el ladrillo existente y la nueva madera se conforma con un zuncho de hormigón que queda visto en el interior del piso Por su parte, la escalera de acero, a medio camino entre las dos realidades constructivas y totalmente colgada del forjado, aporta ligereza y transparencia. Sólo se le permite un pequeño gesto al lado de la puerta de acceso para colgar los abrigos y generar un pequeño banco para cambiarse el calzado. Se busca un diálogo con el entorno a través de la fachada.
El envolvente mantiene el color y aspecto de acabado preexistente, del edificio se cuelga una tribuna exterior que permite una salida a los dos pisos, se utiliza para controlar la incidencia solar y la privacidad de los usuarios. Una estructura ligera de acero, pavimentos de religa y laterales de malla, desplaza a un plano exterior el conjunto de lamas de madera abatibles. Bioclimáticamente, el proyecto parte de la dicotomía de usuario activo-edificio pasivo para llegar a un consumo de energía primaria por climatización interior a los 8kWh/m2año. Durante los meses fríos del año, el abatimiento de las lamas del balcón permite una gran captación solar y almacenaje térmico en los pesados forjados de hormigón. En verano se opta por dos estrategias: protegerse de la radiación solar a través del umbráculo colgado de la fachada y procurar una buena ventilación natural mediante la apertura de los huecos del lucernario que, orientados a Este y Oeste, generan un sobrecalentamiento en la parte superior del distribuidor y moviendo el aire por efecto Venturi.