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Arquitectos: Natália Lemos, Paula Pupo
- Área: 67 m²
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Fotografías:Denilson Machado – MCA Estúdio
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Proveedores: AutoDesk, Casa Julio, Castelatto, DIMLUX (BOMMA), Deca, Dimlux, Galeria Hathi, Guilha, Microreve, Novo ambiente, PAREDE, Piso, SABBIA, Trimble Navigation
Descripción enviada por el equipo del proyecto. En la exhibición de Casa Cor Rio 2019, realizamos Estudio Elã como tributo al cantante Ney Matogrosso. El estudio de 70 m² se dividió sutilmente en algunos espacios, en donde cada uno representa un pasaje en la vida del artista.
Armario: El lugar de la transformación. Donde nos montamos diariamente como queremos el mundo. Aquí contamos la gran transformación que sufrió la carrera de Ney, en su debut en Secos e Molhados en 1973. Una actuación totalmente innovadora en Brasil. El primer álbum vendió más de 700 mil copias y la banda se convirtió en uno de los mayores éxitos de la música popular brasileña. Luego de lanzar su segundo álbum, en 1974, la banda se disolvió.
Para ambientar este momento, en el escaparate colocamos, entre otras piezas, un traje original usado por Ney en el espectáculo Secos e Molhados provisto por Senac de São Paulo. Al lado está el tocador, el objeto conceptual de toda esta transformación. El espejo nos invita a mirar dentro y reconocer quiénes somos realmente. Habla de este descubrimiento. Además, en su reflexión, tenemos el gran cuadro "Mi alma cautiva", una figura muy llamativa con un bello gesto de Ney cantando, realizado exclusivamente por la artista plástica Thainan Castro que comunica muy directamente este lugar del escenario y el artista que surgió al público en general en ese momento.
Baño: El lugar de la intimidad. Dónde estamos solos con nosotros mismos, con nuestros recuerdos y emociones más íntimas. Aquí contamos un poco de Ney fuera del escenario. Tímido, reservado, una figura casi antagónica a lo que se imaginaba el público en general. Nació en Bela Vista, en el interior de Mato Grosso del Sur, donde mostró sus primeros dotes artísticos. Habla abiertamente de la soledad que lo acompañó en la infancia como un niño diferente de los demás. Muchos conflictos familiares siguieron a este período marcado por fuertes diferencias que tenía con su padre militar. A los 18 años ingresó a la aeronáutica como un medio para salir de casa. Pero nunca dejó el universo artístico. Vivió entre Río, São Paulo y Brasilia hasta que se unió a Secos e Molhados. Todas estas experiencias hicieron que Ney fuera una persona muy consciente de los recursos inherentes a la fama y siempre protegida del acoso exacerbado de los medios.
Al materializar este pasaje, subimos el tono terracota del piso hacia las paredes del baño, que en contraste con el revestimiento ligero del armario, lo hace una zona más íntima y más protegida. La naturalidad de un proyecto menos caricaturesco muestra este otro lado de Ney, el que presenta en su vida privada, más discreto, contenido y reservado. Los frascos con plantas, ubicados en una repisa de ladrillo encima de la tina, están grabados con frases como "Mi alma cautiva", "Mis formas torcidas" y "Mi sangre latina", que hablan de todos los componentes de su historia que lo hacen la persona que es.
Cocina: El lugar donde traemos los elementos que proporciona la tierra y hacemos que nuestra alquimia alimente el cuerpo, la mente y el espíritu. Nutrición proporcionada por la naturaleza. Aquí contamos la relación de Ney con la naturaleza, un rasgo tan notable de su personalidad que inspiró toda la materialidad del entorno. En las muchas ciudades en las que Ney vivió a lo largo de su vida, siempre relata algún tipo de memoria afectiva con la naturaleza. Hoy vive en un refugio protegido, destinado a la liberación de animales rescatados por agencias ambientales. En declaraciones dice que necesita ese contacto con la naturaleza para sentirse bien y que el día de su muerte, le gustaría volver como su espíritu guardián.
Puntualizando de manera artística esta relación, tenemos el trabajo "Cura" de Antonio Bokel donde logramos llevar el elemento tierra al ambiente. Además de la cocina más espontánea, con ganchos para colgar objetos y estantes abiertos con cerámicas de Denise Braune que recuerdan al ambiente rural, tenemos la gran isla central que sirve como mesa de comedor y tiene un árbol de jabuticaba como símbolo principal de la naturaleza como proveedora y sus ciclos de renovación. Es el punto de encuentro con lo eterno en esta historia que contamos sobre la vida de Ney. Lo eterno que el arte proporciona a todos los que se aventuran a dedicarle una vida.
Sala: El lugar de relación con el público. Donde recibimos al otro. Donde lo público impregna lo privado. Aquí hablamos de la relación de Ney con el público y los medios en general. Conocido por ser un artista riguroso con su repertorio y muy exigente en la dirección de su carrera, nunca se inclinó por los atractivos del mercado o los incentivos para impulsar una carrera internacional. Siempre ha estado al frente de la concepción de sus obras, incluso haciéndose cargo de la iluminación de muchas de ellas. Es un artista que siempre ha promovido su contacto directo con el público. Responde a sus fanáticos en las redes sociales y sin asesoramiento nos recibió personalmente en su casa para hablar sobre el proyecto medioambiental. Su relación directa y verdadera con el público y con su trabajo es sin duda lo que genera esta admiración unánime por su figura.
Mirando hacia afuera, a través de los grandes ventanales con vistas al mar, la habitación se convierte en el gran escenario de nuestro entorno. Amplio y acogedor, con una hamaca a un costado, nos muestra que es posible dejar al otro a gusto sin perder su identidad. Nos recibe a su manera, siendo honesto con sus verdades, de la misma forma en que Ney siempre ha estado expuesto al mundo.
El lugar donde compartimos los sentimientos más profundos con los demás. Aquí hablamos de la actitud de Ney hacia los tabúes relacionados con las relaciones y la sexualidad. Habla abiertamente de las experiencias que ya ha vivido, de la forma en que ha visto el sexo sin importar el afecto y de lo completo que es descubrir ambas cosas juntas. Habla de los amores que tuvo y sin moralismo, de cómo la pasión puede ser un sentimiento perturbador.
La sala totalmente integrada invita al visitante a esta perspectiva más abierta de cómo Ney siempre ha visto y naturalizado las formas de relacionarse. El ambiente de sus relaciones expuestas sugiere cómo nunca dio lugar a tabúes o sensacionalismo para destacar en su trabajo. El gran sofá con una cama matrimonial se convierte en el objeto conceptual de esta simbiosis que estábamos buscando. Su cálido tono terracota trae de manera poética la libido, que siempre se ha desbordado de su intimidad al público, en forma de arte y comunicación, usada sabiamente sin caer en la trampa de un atractivo sexual exacerbado.
La ropa de cama, el tapiz en la pared, el espejo que descansa sobre el piso son elementos que convocan la calidez e intimidad de los grandes amores que vivió.