Descripción enviada por el equipo del proyecto. Cerca de Jiaxing, Hangzhou, la casa del té entre ginkgos aúna naturaleza y arquitectura, un lugar para relajarse y disfrutar una taza de té con cautivadoras vistas al bosque.
La casa de té está localizada en la costa oeste del Lago de Cisnes. Este paraje natural está cubierto por un bosque de Ginkgos, árboles cultivados en China por más de 1,500 años y que pueden llegar a vivir más de 1000 años.
En un contexto tan atemporal, el edificio se debe a lo que le rodea. Los ginkgos están organizados en una malla regular mientras que el pabellón se encaja en la malla complementaria, interfiriendo lo menos posible con la continuidad del bosque. La arquitectura encuentra su sitio entre los árboles. Los espacios fluyen entre la naturaleza, definiendo pequeñas estancias privadas abiertas al paisaje.
Desde el tren se accede directamente a la alfombra de madera perforada por los árboles. Una vez en el pabellón, las estancias entre ginkgos conforman la casa del té. Es una amalgama de pequeñas habitaciones, cada una con su propia identidad, que conforman todas juntas el edificio. Tres niveles ofrecen distintos puntos de vista sobre los árboles y el bosque. Los forjados se doblan creando rincones para sentarse a observar. Un tobogán cae desde la segunda planta y solo los que sean capaces de subir por la red llegarán a lo más alto. Los niños han tomado el control.
La materialidad es clave. Los pilares de madera se integran en la secuencia del bosque. Paños de vidrio disuelven la fachada y permiten las vistas cruzadas. La construcción hace referencia a las uniones tradicionales chinas, una superposición de vigas y viguetas en ambas direcciones que refina el espacio.
Al final, el bosque prevalece. El pabellón se difumina discreto entre los ginkgos. Como debe ser.
El proyecto ha sido diseñado en 2018 por MADAM en colaboración con Hexia y ha abierto sus puertas en la primavera de 2020.