Este artículo forma parte de una colaboración con el sitio web coolhuntermx, fue originalmente publicado con el título "Marianne Gast: una artista no reconocida de la modernidad" escrito por David Lozano Díaz.
La fundación de la primera Escuela de Arquitectura de Guadalajara es una historia que se suele contar como un acto casi ‘heroico’ al volverla realidad luego de años de intentarlo. Cuando se logran conjuntar una serie de eventos afortunados se consigue darle a la capital de Jalisco esa independencia creativa, arquitectónica y urbana. Contando con sus propios profesionistas que construyeran una mejor Guadalajara.
En el año de su fundación en 1948, apenas contaba con profesores suficientes para ponerla en marcha. Y en el transcurso, se tuvo la intención de conseguir profesores europeos para que enseñaran la arquitectura moderna. Lo que se logró dos años después. Los primeros en arribar al país en 1949, fueron el matrimonio de Marianne Gast y Mathias Goeritz, quienes apostaron por esta oportunidad. En las pocas publicaciones existentes en torno a la escuela, sus profesores y ‘las maravillosas primeras generaciones’ nunca se habla o, acaso, se hacen breves menciones sobre Marianne Gast. Y mucho menos sobre las mujeres estudiantes de arquitectura, ya que no las había. No las hubo durante varios años.
¿Pero por qué no se menciona a Marianne Gast si también fue profesora de esta escuela? A decir de Fernando González Gortázar, tiene que ver con el esquema en el que ella se vio involucrada para impartir clases. No era profesora directa de la Universidad de Guadalajara. A pesar de ser fotógrafa profesional, escritora, políglota y traductora y haber incursionado en el desarrollo de la pintura, sólo pudo dar clases de idioma. A través de la Alianza Francesa en un convenio con la Universidad, los estudiantes de arquitectura recibían la clase de francés impartida por Marianne como materia obligatoria. Al tratarse de un servicio externo y debido a la pérdida de documentación de la época, no hay registro de esto por parte de la Universidad.
Sin embargo, sus capacidades no fueron desaprovechadas por ignorancia o desconfianza. Fue un asunto burocrático y discriminatorio desde el nivel federal. Y es que luego de conseguir sus visados para llegar a México, a Marianne se le prohibió trabajar. Su visa explicaba que debía depender económicamente de su marido, de lo contrario sería deportada si se le descubría trabajando.
A pesar de esto, no hubo inconveniente gracias a la buena voluntad de algunos tapatíos, ni cuando se mudaron a la Ciudad de México. Por amistades como la de Esmeralda Villaseñor en Guadalajara, fue que se pudo desenvolver bien en la ciudad. O la ayuda y dura insistencia de Ida Rodríguez Prampolini y Josefina Muriel fue que la pareja alemana pudo venir a México en primer lugar. Se comenta que Marianne Gast llegó a realizar exposiciones fotográficas en la escuela. Que cuando Mathias viajaba a la Ciudad de México, que eso sí es un hecho y era constante, ella lo sustituía. O incluso que llegó a dar alguna clase extraordinaria de fotografía a los estudiantes. Sin embargo, no hay documento que confirme esos datos ni tampoco los testimonios de los primeros egresados son suficientemente claros. Fue hace mucho tiempo.
Actualmente, está despertando el interés por Marianne, quien tiene mucho todavía por ser descubierto. Y un acervo fotográfico bastante amplio con una calidad artística muy importante. Podemos tomar en cuenta una reflexión de Mathias Goeritz para comprender que se está a tiempo de investigar y encontrar información que nos permita conocer más no sólo a Marianne sino de otras mujeres artistas de esas épocas. Una dónde comenzaban a hacer su propia labor por y para ellas mismas.
Nos influíamos mutuamente. Ella sintiéndose siempre inferior. Y yo, estúpido, aceptándolo.
Mathias Goeritz