Durante los últimos años, la Inteligencia Artificial (IA) ha provocado un intenso debate en la industria de la arquitectura, sin embargo, parece que muy pocos sabemos exactamente qué es o por qué genera esta tormenta de emociones. Seguramente existen profesionales e investigadores que saben más sobre este campo que yo, pero tengo experiencia práctica en el uso de algoritmos e Inteligencia Artificial durante los últimos 10 años, a través de diferentes proyectos. Este es uno de los desafíos que enfrenta nuestro campo: ¿cómo podemos hacer un uso práctico de estas nuevas herramientas?
Muchas personas se han acercado a mí alegando que la IA no puede hacer su trabajo, y que ser arquitecto es mucho más que componer un plano o calcular el volumen de una envolvente de un edificio. Están en lo correcto. Pero dicho esto, no hay razón para no estar abiertos a la posibilidad de que la IA pueda ayudarnos a diseñar edificios aún mejores. Existen muchas tareas que se resuelven mucho mejor con la tecnología que manualmente, y viceversa. En general, si podemos reducir un problema a números o definir claramente lo que estamos tratando de resolver, la Inteligencia Artificial probablemente podrá resolverlo. Si buscamos opiniones o emociones subjetivas, podría ser más complicado que la IA nos ayude. O para ser más precisos, podría ser más complicado para nosotros proporcionar a la Inteligencia Artificial las herramientas adecuadas para analizar subjetivamente nuestros diseños.
Cuando se habla de la Inteligencia Artificial dentro del campo de la arquitectura, habitualmente se reduce a la optimización. ¿Cómo podemos conseguir más metros cuadrados 'vendibles' o cómo podemos obtener más luz natural en departamentos oscuros? Un edificio más grande y con más ventanas podría ser la respuesta, pero ¿qué otros parámetros podrían verse afectados por esto?
Cuando existen muchos parámetros en juego que deben sopesarse entre sí, la IA puede ayudarnos mucho. Es posible evaluar millones de escenarios y seleccionar las mejores soluciones en el mismo tiempo que nos toma un viaje en metro para ir a trabajar. La IA nos entregará la mejor sugerencia basada en los parámetros que nosotros mismo proporcionamos.
¿Qué pasa si olvidamos algo? Tan pronto como comencemos a optimizar, debemos considerar que el resultado no será mejor que los parámetros, el entrenamiento y las preferencias que nosotros le proporcionamos a la IA para resolver la tarea. Si le preguntamos a miles de personas diferentes "¿quién es mejor arquitecto, Zaha Hadid o Le Corbusier?" probablemente obtendríamos una división uniforme de respuestas motivadas por miles de razones diferentes, ya que la pregunta es altamente subjetiva. En este caso, no hay respuesta correcta o incorrecta, pero si preguntamos quién diseñó el mayor número de edificios, podríamos obtener una respuesta correcta. Incluso si la respuesta de Inteligencia Artificial es correcta y matemáticamente óptima, siempre debemos considerar si la pregunta en sí misma era correcta.
Otra parte importante de la optimización es el tema de cómo comparar diferentes características entre sí. ¿Los metros cuadrados totales son más importantes que la luz natural? Y, si lo es, ¿cuánto más? Esta es una decisión que el arquitecto, el diseñador del algoritmo, o el cliente, deben decidir. Los humanos tienen opiniones, un gusto específico, un estilo preferido. La Inteligencia Artificial no.
La optimización de los metros cuadrado totales y el análisis de la luz natural entregará un cierto resultado, que no tiene porqué resultar necesariamente en un 'gran edificio'. Sin embargo, por otro lado, no poder cumplir con las expectativas del cliente o no poder hacer que un departamento sea habitable debido a la falta de luz, podría provocar que no se termine construyendo nada.
La Inteligencia Artificial presenta muchas oportunidades nuevas para nuestra profesión, y creo que el arquitecto es más difícil de reemplazar con la IA que muchas otras profesiones debido a la naturaleza subjetiva de nuestro trabajo. Las decisiones que tomamos para crear 'buenos edificios' habitualmente dependen de opiniones, y como resultado, no existen respuestas correctas o incorrectas. Pero también creo que hay muchas cosas en las que podemos mejorar, y no tenemos que ir tan lejos para utilizar la Inteligencia Artificial: en la mayoría de los casos, nos beneficiaríamos mucho de la automatización simple. En este momento, los arquitectos realizan muchas tareas manuales que deben realizarse para concretar un proyecto, pero que no agregan ningún valor al producto final. Si la Inteligencia Artificial o la automatización pueden ayudarnos con estas tareas, podemos pasar más tiempo haciendo lo que hacemos mejor, que es hacer una buena arquitectura, entregando valor a sus habitantes y a nuestras ciudades de manera más amplia.
Artículo publicado originalmente el 11 de Mayo de 2020.