Contrariamente a lo que podríamos creer, la pérdida de audición no es siempre congénita sino que, tarde o temprano, a todos nos podría pasar. De acuerdo a la OMS, casi un tercio de las personas mayores de 65 años padece pérdida de audición discapacitante. La pérdida de la audición es más una ‘diferencia’ que una ‘discapacidad’. Si bien las exigencias espaciales de personas con impedimentos auditivos no son tan marcadas como espacios para no videntes o quienes experimentan movilidad reducida, la reducción de la capacidad auditiva sí conlleva una forma particular de experimentar el entorno. ¿Es posible mejorar esta experiencia a través del diseño de interiores?
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, alrededor de un 5% de la población mundial -aproximadamente 466 millones de personas- está diagnosticada con lo que llaman ‘pérdida de audición discapacitante’. Si bien esto se divide en distintos grados de capacidad auditiva, parcial o total (hipoacusia o anacusia), este grupo se caracteriza por una pérdida de audición superior a 40dB en el oído con mejor audición en los adultos, y superior a 30dB en el oído con mejor audición en los niños, concentrándose la mayor cantidad de personas con este impedimento en países de ingresos bajos y medios.
¿Cómo contribuir a través del diseño?
Evidentemente, lo primero a tener en cuenta son las diferencias que distintos programas exigen: no es igual diseñar el interior de una casa al interior de un hospital, más allá de cualquier impedimento que podamos tener. Las relaciones, dimensiones y movimientos son distintos, y así también el volumen y función de los sonidos. Sin embargo, existen ciertas consideraciones generales a tomar en cuenta para diseñar espacios más confortables acústicamente.
Distribución del interior y visibilidad
Las personas con impedimentos auditivos usan diferentes métodos para comunicarse, incorporando lenguaje escrito, aparatos de asistencia, lenguaje de señas, u oral en algunos casos. De acuerdo a la ADA (Americans with Disabilities Act), en promedio, solamente un tercio de las palabras habladas pueden entenderse por lectura del habla (o lectura de labios). Es clave dar lugar a las condiciones espaciales para la comunicación efectiva a través de esos distintos métodos, que implican otorgar siempre la posibilidad de que los interlocutores se enfrenten cómodamente sin necesidad de dejar de mirarse mientras hablan.
Considerar distribuciones amplias o circulares más que lineales para espacios de más de 4 personas puede facilitar un canal de comunicación abierto donde todos los participantes se puedan ver entre sí. Más allá de las dimensiones del lugar que se disponga, divisiones y mobiliario móvil pueden ayudar a organizar espacios de estas características. En términos de movilidad, es importante facilitar recorridos y favorecer acciones instintivas que permitan a dos personas seguir mirándose mientras caminan, recorriendo el espacio de forma segura. Rampas, aperturas automáticas, elementos gráficos de seguridad y señalética son igualmente útiles en este caso.
Brillo, luz y reflejos
Por razones similares, la luz juega un papel fundamental al momento de asegurar no solamente el confort, sino en este caso especialmente la comunicación. Los colores que contrastan con las tonalidades de la piel ayudan a otras personas a percibir mejor expresiones faciales y movimientos de las manos. Por otro lado, la iluminación natural o artificial necesita ser suficiente para asegurar una visión clara pero no excesiva (evitando el resplandor), y continua para evitar cambios bruscos en la atmósfera que pueden llegar a ser inquietantes. Las ventanas deben contar con formas de regular la luz interior, al igual que vidrios y espejos. Algunos especialistas recomiendan el uso de espejos para mantener un control visual mayor del entorno, siempre que estén bien situados y no contribuyan a la confusión en la comprensión del espacio.
Espacios multisensoriales
Dicen que al perder un sentido, otros se agudizan, o por lo menos se vuelven más protagónicos. Colores, sombras e incluso vibraciones pueden ayudar a personas con limitaciones auditivas a entender mejor y alertarles sobre su entorno. En una cultura altamente visual, tendemos a olvidarnos de que la experiencia del espacio abarca todos los sentidos. El diseño multisensorial, con raíces en los años ‘50, plantea el disfrute del espacio a través de los sentidos, demostrando que al abrirse a múltiples experiencias sensoriales es posible satisfacer a un rango más amplio de usuarios. Hasta ahora, tácticas para el diseño multisensorial han sido más exploradas en exhibiciones de arte e instalaciones, para demostrar su llegada a un público más amplio, lo que las prepara para entrar al campo de la arquitectura.
Optimización acústica
Contrariamente a lo que se podría creer, el ruido -además de ser una causa grave de pérdida de la capacidad auditiva- es un factor crítico en el bienestar de personas con bajos niveles de audición. Independiente del grado, las personas con bajos niveles de audición sí perciben el sonido en formas que pueden ser altamente distractoras, especialmente para individuos con dispositivos de asistencia. La reverberación causada por ondas de sonido y reflejada por superficies duras puede ser distractora e incluso dolorosa para ellos. Para mejorar estas condiciones en interiores, basta con seguir principios básicos de acústica. En interiores, mejorar la acústica de un espacio consiste principalmente en reducir la reverberación reconociendo el nivel de absorción de los materiales que lo componen, distribuir bien las fuentes de ruido o sonido como máquinas o parlantes, y considerar una gradiente de ruido ambiente de acuerdo al uso.
Materiales, objetos y nuevas tecnologías
Para lograr una cultura de diseño inclusivo es importante pensar en soluciones simples que no aumenten el costo base del proyecto, independiente de las soluciones específicas que puedan existir en el mercado. Por un lado, es necesario equilibrar el uso de materiales absorbentes y reflectantes, para reducir la intensidad del sonido que viaja de un espacio a otro. Por el otro, es importante considerar el efecto de los materiales en el uso cotidiano: evitar las superficies demasiado brillantes, materiales en pisos y mobiliario que suelen provocar ruido al contacto (como al mover los muebles) o propiciar revestimientos que transmitan vibraciones (como pisos de madera que reverberan al caminar).
Además de los materiales de revestimiento, hay objetos y tecnologías que, al considerar actos cotidianos, pueden hacer del espacio más cómodo. En la ciudad nos comunicamos a menudo a través del ruido -timbres, campanas, sirenas- que interfieren en el confort acústico de todos. Pensar en señalizaciones visuales como alertas luminosas o digitales, comunicación escrita a través de pizarras o códigos de colores pueden servir como soluciones simples para la comunicación diaria. Existen también nuevas tecnologías que permiten traducir el sonido a imágenes y vibraciones para experiencias más complejas, o aplicaciones que reconocen el sonido ambiente (como la lavadora) o traducen alertas a colores.
En síntesis, un diseño realmente inclusivo no implica estar siempre consciente de consideraciones especiales, sino incorporar en la idea del buen diseño necesidades que tienden a ser básicas para todas y todos, independiente de sus condiciones físicas. A medida que asumimos la accesibilidad universal como un concepto esencial al diseñar espacios, hemos de asumir que no todos los impedimentos son equivalentes y que distintas limitaciones enfrentan necesidades particulares. La inclusión implica ir mucho más allá de espacios y criterios especializados (no es verdadera inclusión si se crean espacios especiales), sino más bien evitar esa segregación en favor de que nuestro ambiente cotidiano sea amigable con todas las personas, independiente de sus limitaciones en actividad o restricciones de participación.
Además de la OMS y los artículos previamente vinculados, algunas de las referencias utilizadas para este artículo son:
- DeafSpace es un proyecto de la Universidad de Gallaudet en Washington, D.C., institución de artes liberales orientada a personas con problemas de audición.
- The experience of deaf people in the spheres of daily activities, estudio de Carla Regina Marin y Maria Cecília Rafael de Góes
- The Journal of the Acoustical Society of America
- Accesibilidad auditiva: Pautas básicas para aplicar en los entornos de Antonio Espínola Jiménez (y una síntesis del mismo autor)
- Experiencias multisensoriales en la exposición "Los sentidos: Diseño más allá de la visión"
Nota del editor: este artículo se publicó originalmente el 2 de abril de 2020