-
Arquitectos: Steimle Architekten
- Área: 860 m²
- Año: 2018
-
Fotografías:Brigida Gonzalez
-
Proveedores: GIRA, Chemotechnik, FSB Franz Schneider Brakel, Häussermann, Liapor, SCHULZ SPEYER Bibliothekstechnik AG
Refuncionalización de un antiguo granero en la calle Hemigkofener 11. La idea principal para este proyecto se basó en respetar el valor patrimonial del elemento arquitectónico, transformando un antiguo granero en un edificio moderno y accesible con sólo unas pocas y bien pensadas intervenciones para preservar su carácter original. La transformación de este antiguo edificio agrícola, localizado en el centro de Kressbronn, debía poder conservar las cualidades propias de la construcción, tales como su gran cubierta a dos aguas con profundas salientes o su división espacial tradicional, con una sólida planta baja y un entrepiso –para la trilla- en la parte superior.
La antigua fachada ha sido reemplazada por un delicado entramado de madera que, ubicándose sobre un nuevo basamento de hormigón, se articula de manera sensible con la estructura existente -alterándola ligeramente-. Basándose en la relevancia histórica que su arquitectura posee para la ciudad y en los lazos emocionales que la gente ha construido con el edificio, se ha optado por revitalizar el granero utilizando solo unos pocos medios arquitectónicos, evitando suprimir su historia. Se reforzó la presencia del edificio en el tejido sin modificar su implantación o su relación con el contexto urbano evitando, a la vez, añadir elementos exteriores o modificar su imponente cubierta a dos aguas.
Con su destacada ubicación dentro del pueblo, en cercanía al ayuntamiento y al auditorio principal de eventos, el granero -con su nuevo uso público de biblioteca y centro comunitario- ha logrado establecer una conexión entre los edificios aislados. Su atractivo patio y su amplia explanada exterior refuerzan el carácter público e invitan a la gente a ser parte de su arquitectura. El antiguo e introvertido edificio de almacenamiento se ha convertido, ahora, en un espacio abierto al público que conserva su imagen tradicional –con su sólido basamento y su gran cubierta-, pero que también dialoga con el presente, con un lenguaje inequívocamente contemporáneo a través de sus materiales y de sus amplias aberturas.
El granero fue renovado con intervenciones simples y precisas. Su nuevo basamento, construido en su totalidad con hormigón, de dimensiones generosas y proporcionadas, conserva la sólida impresión de la obra original. Las nuevas aberturas no sólo admiten el ingreso de una cantidad significativamente mayor de luz diurna, sino que también permiten que todo el espacio se experimente de una manera totalmente nueva: el interior y el exterior convergen y se fusionan en la planta baja gracias a los grandes cerramientos acristalados.
Un núcleo –también de hormigón- emerge desde el basamento y contacta los dos pisos superiores del interior del edificio. Si bien la amplia galería crea una experiencia espacial única, la tradicional cubierta, cuyas históricas cerchas de madera se proyectan desde la fachada, cualifica e influye en la percepción final del espacio.
Con un vestíbulo abierto, el edificio da la bienvenida a sus visitantes y fomenta la comunicación y los encuentros. La planta baja puede ser utilizada de diversas maneras: como sala multiusos -con posibilidad de dividirse-, como espacio de exposición o como biblioteca las 24 horas. La biblioteca de la primera planta, con su sala de medios y revistas y sus puestos de lectura, ofrece visuales abiertas hacia todo el edificio. En ese espacio particular, lo viejo y lo nuevo dialogan de una manera emocionante. El equilibrio entre el pasado y el presente, manifestado en el lenguaje exterior y en la especialidad interior, se convierte en la característica principal de este edificio.