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Arquitectos: Lola Domenech, Lussi + Partner AG
- Área: 913 m²
- Año: 2019
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Fotografías:Adrià Goula
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Proveedores: Duravit, Cevica, Siemens, Technal, Trass
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Cuatro parejas de amigos se unen en un proyecto en común para construir en Barcelona un edificio de cinco viviendas con espacios comunitarios de relación y convivencia. Los promotores del edificio con el arquitecto Thomas Lussi como iniciador son sus propios usuarios, quienes deciden construir su nuevo hábitat apostando por la calidad arquitectónica, el diseño pasivo y la sostenibilidad. Encuentran un estrecho terreno de 6 m de ancho y 30 m de largo en el barrio del Poblenou dentro de la cuadrícula de Cerdà.
Junto con la arquitecta local Lola Domènech, pudieron construir una casa que satisface todas sus necesidades, de modo que cada parte ocupara un piso en un ambiente de vida compartido. Las viviendas de unos 80 m2 disponen de 2 terrazas, una a fachada patio y otra a fachada calle, que garantizan una ventilación cruzada y conforman los frentes de los testeros. Las salas de estar-cocina-comedor se ubican en la fachada posterior en relación directa con el patio del edificio.
Los postigos plegables y deslizantes de madera caracterizan el aspecto del edificio. El patio de acceso en planta baja y la piscina en cubierta se diseñan como espacios de relación y de actividades para todos los vecinos. El local de la planta baja se usa como oficina del arquitecto involucrado.
El proyecto propone una relectura de materiales y sistemas constructivos de toda la vida, incorporándolos a un nuevo lenguaje arquitectónico.
La combinación de materiales como la madera, la cerámica y el hormigón dan al conjunto la textura, tonalidad y calidez buscadas.
El sistema de persianas de madera (plegables y correderas con lamas orientables), inspirado en los porticones tradicionales de la ciudad permite tamizar la luz solar en las terrazas y mejorar el confort térmico de las viviendas, al mismo tiempo que genera un juego de llenos y vacíos dinámico en los testeros del edificio.
El proyecto ha buscado la integración y coherencia con el contexto urbano reconociendo el carácter industrial del barrio y usando materiales propios de la arquitectura fabril del Poblenou como: el ladrillo manual, la cerámica y la madera de los porticones.
El proyecto ha buscado en todo momento el compromiso con la arquitectura pasiva reinterpretando el uso de sistemas constructivos y soluciones técnicas propias del lugar.
La fachada longitudinal que incorpora la escalera comunitaria está resuelta con una celosía cerámica de formato rectangular que permite la ventilación e iluminación natural y constante, al mismo tiempo que genera diversos matices de luz natural en el acceso.
El edificio (con clasificación energética A) se ha construido con criterios de diseño pasivo que mejoran la eficiencia energética y permiten reducir considerablemente el consumo energético, con medidas como el uso de una buena envolvente térmica con doble muro y aislamiento de 10cm en fachada y 12cm en cubierta. Todas las viviendas disponen de un sistema de calefacción y refrescamiento con suelo radiante y climatización integrada alimentados por un sistema de energía renovable (aerotermia)
El diseño de los espacios interiores ha buscado el equilibrio formal y el buen diálogo entre los diferentes materiales. El uso de materias primas, como el hormigón in situ, el hormigón como pavimento, los muebles de madera sin tratar y el estuco color antracita crean una atmósfera sensual, háptica y relajada.