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Arquitectos: Deriva Taller de Arquitectura, Guillermo Mir, Jesica Grötter; Deriva Taller de Arquitectura, Guillermo Mir, Jesica Grötter
- Área: 2520 m²
- Año: 2018
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Fotografías:Guido Guridi, Gustavo Sosa Pinilla
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El edificio del Campus Virtual UNC nace de la premisa de crear un nuevo referente educativo para la Comunidad Universitaria en conmemoración del centenario de su Reforma Universitaria. Está destinado a convertirse en un soporte educativo y cultural contemporáneo que tiene por objeto ofrecer y desarrollar programas educativos en un entorno de comunicación virtual. Desde su implantación urbana, es un objeto singular en el ingreso del Campus de la UNC. El volumen emerge por encima de la vegetación existente, destacándose en el paisaje, sin interrumpir la continuidad del parque. Se destaca la planta baja libre, permeable hacia el paisaje y hacia las actividades recreativas generando un área de interacción social flexible y apropiable.
La rampa propuesta ofrece una continuidad fluida entre el espacio público, la planta baja y el primer nivel del edificio, en donde se ubica el programa de las salas audiovisuales, posibilitando una relación directa entre el edificio y la comunidad. El programa de usos del edificio está compuesto por un hall de ingreso, salas audiovisuales, las oficinas del Campus Virtual, la Pro-secretaría de Informática y el Centro de Microscopía de Córdoba. En relación a estas funciones, una de las premisas del proyecto en su conjunto fue una propuesta espacial simple, flexible, adaptable a las dinámicas cambiantes de tecnologías, y a las nuevas lógicas de trabajo y educación de lo contemporáneo.
El edificio se presenta en una condición ambigua, entre lo material e inmaterial, una característica ineludible de nuestro mundo contemporáneo, su imagen exterior durante el día se manifiesta en un cubo blanco, sólido, que adopta tonalidades diversas según la luz del sol y en la noche, se vuelve permeable y traslúcido. Las decisiones tecnológicas son coherentes entre la conceptualización del edificio y las premisas de sostenibilidad ambiental, por eso se trabajó con tecnologías y materiales locales, como el hormigón visto como estructura portante y una estructura y malla metálica como envolvente exterior, generando un lenguaje austero y sin artificios.
El espesor habitable de la fachada permite en su interior un espacio intermedio de expansión de los usuarios, un espacio técnico de mantenimiento y un espacio de control climático para mejorar la eficiencia del edificio (la circulación continua de ventilación natural en la fachada y reducción del impacto de la radiación solar en los interiores). A su vez la piel metálica del lado exterior se manifiesta como un lienzo de soporte para proyecciones y mapeos interactivos, creando un edificio que genera eventos públicos, una nueva forma de pensar y habitar la arquitectura con escenarios físicos y virtuales que conviven en el espacio construido.