La accesibilidad a menudo se aborda como un campo relacionado con la discapacidad, ya sea física o mental. Cuando se trata de diseño arquitectónico, siempre surge como una consideración periférica del proyecto y no como algo fundamental. Sin embargo, hay otras barreras.
En esta edición de Editor's Talk, los editores de ArchDaily Brasil reflexionan sobre lo que entienden como accesibilidad y si es posible crear una arquitectura neutral.
Nicolas Valencia: Accesibilidad fue nuestro tema mensual en Agosto. La mayoría de los artículos se centraron en el diseño universal, pero ArchDaily Brasil también publicó uno sobre las mujeres en arquitectura. ¿Cómo entienden ustedes la accesibilidad?
Romullo Baratto: La accesibilidad a menudo se aborda como algo relacionado con las discapacidades, tanto físicas como mentales. Sin embargo, existen otras barreras, invisibles, que hacen que la arquitectura sea inaccesible para algunos profesionales, creando una falta de accesibilidad e igualdad dentro de nuestra profesión.
Victor Delaqua: Para mí, el principio básico de accesibilidad es reconocer la igualdad entre las personas. Esto significa ejercer respeto y aprecio por las diferencias y hacer inaceptable cualquier punto de discriminación o exclusión. Esto puede discutirse de muchas maneras, desde el sexismo hasta la forma en que concebimos espacios para no restringir ningún aspecto de la vida personal de las personas.
Matheus Pereira: Como arquitectos y urbanistas, somos responsables de intentar ampliar estas discusiones. La arquitectura es un discurso político, pero a menudo hay que romper barreras para que podamos ver el otro lado y, sobre todo, comprender que la pluralidad es necesaria.
Brasil, historia de dos países
Nicolas Valencia: ArchDaily Brasil generalmente pone el foco en la discriminación en arquitectura: orientación sexual, género, razas. ¿Qué dice esto sobre el país?
Eduardo Souza: Brasil es un país muy desigual. Estos son temas que están emergiendo, paralelamente a la polarización de la sociedad.
Romullo Baratto: Vivimos en un país lleno de contradicciones. Brasil es bastante liberal con respecto a algunos aspectos de la vida cotidiana y al mismo tiempo, muy conservador en otros aspectos. Esos temas hoy son muy relevantes porque las contradicciones se están volviendo evidentes para toda la sociedad, y algunos de los principales temas están relacionados al género, la orientación sexual, la raza y el estatus económico.
Victor Delaqua: Brasil es un país que emerge de una historia de colonización muy violenta. El mestizaje que muchas personas miran románticamente es en realidad el resultado del abuso y la violación del hombre blanco a los nativos y a los negros esclavizados. Hoy en día hay una gran discusión que reinterpreta la historia que nos han contado y nos permite comprender los roles sociales y la forma en que se construye la sociedad para mantener a las minorías y los cuerpos disidentes fuera de los lugares de poder y decisión.
La educación, el diseño universal y cualquier otra política que traiga estas voces a la discusión serán grandes pasos para hacer que el país sea más justo y democrático.
La discusión del diseño universal
Nicolas Valencia: ¿Cómo están abordando las escuelas de arquitectura este tema?
Romullo Baratto: Creo que las escuelas de arquitectura a menudo se acercan al diseño universal como algo para pensar al final del proyecto. Incluso cuando ampliamos la idea del diseño universal, el problema persiste: se aborda después, como algo no relacionado con la práctica de la arquitectura en sí misma, pero que solo establece un debate después de que se materializa el proyecto.
Victor Delaqua: La discusión sobre el diseño universal existe en las escuelas de arquitectura, pero siempre surge como algo periférico al proyecto y no como algo fundamental. En general, la academia es un espacio ocupado por muchas personas privilegiadas, y difícilmente representa los problemas de la gran mayoría de la población. Este tema ciertamente impide la discusión y el avance del tema del diseño universal como un factor esencial de la educación en diseño arquitectónico y urbano.
Nicolas Valencia: ¿Dónde se está dando esta batalla?
Victor Delaqua: En pequeños grupos de discusión, excluidos de audiencias masivas. Creo que el primer paso sería mostrar a las personas que el diseño universal incluye no solo a las personas con discapacidad —que ya es una parte considerable de la población— sino también a los niños y niñas, los ancianos y a todos los grupos.
Matheus Pereira: Desafortunadamente, las escuelas de arquitectura de hoy continúan reproduciendo el modelo de enseñanza sobre el diseño universal del siglo pasado. Parece que hay una regla en este tema donde solo hablamos y diseñamos de acuerdo con la discapacidad física o la movilidad reducida. Sin embargo, al ampliar el debate sobre el género, la raza y la cultura, parece que no existe lo "correcto" o "incorrecto" en lo que los maestros generalmente buscan como método de evaluación.
Por otro lado, los jóvenes parecen sentirse cada vez más atraídos por los problemas de la diversidad, y poner a la ciudad como telón de fondo para estas discusiones proporciona ejemplos prácticos de cómo el diseño urbano puede mejorar y ayudar a romper las barreras silenciadas.
Lo neutral no es para nada neutral
Nicolas Valencia: Parece que lo universal es para nadie y para todos al mismo tiempo, una especie de ciudad genérica.
Eduardo Souza: ¿Estamos diseñando ciudades para jóvenes que trabajan en sus MacBooks bebiendo capuchino? Creo que es importante tratar de comprender y diseñar para públicos distintos al tuyo. Intentar ponernos en la posición de otra persona.
Romullo Baratto: Las mujeres y las minorías deben participar en todo el proceso de diseño y construcción. Sin embargo, creo que lo que hace público un espacio es su uso después de su construcción. Desafortunadamente, no hay formas estrictas de definir esto. Podemos intentar crear parámetros físicos e invisibles, pero siempre existirá la variabilidad de la vida diaria que puede transformar los espacios, haciéndolos realmente públicos o no.
Matheus Pereira: Vemos las falsas promesas del espacio público urbano en todas partes. La gente piensa que agregar bancos para que las personas socialicen es crear un espacio democrático.
Eduardo Souza: Creo que la arquitectura debería ser más neutral, como la escenografía de la vida.
Nicolas Valencia: Pero no existe lo neutral. Lo que se cree neutral siempre lo construye alguien. Por ejemplo, Koolhaas habla de la ciudad genérica, pero no es una ciudad neutral.
Romullo Baratto: La idea de neutralidad es complicada. Siempre hay alguien o un grupo de personas a cargo de establecer las reglas, establecer el tono. Y siempre hay valores invisibles involucrados.
Victor Delaqua: Es imposible ser neutral. Si diseño un edificio moderno blanco pensando que esto es neutral, estaré completamente equivocado. Mucha gente lo verá y pensará que la pureza es hermosa, pero por otro lado, mucha gente considerará que le falta vida. Para mí, se trata de la cultura de cada persona. Aún más importante, todos debemos aprender a escuchar y respetar diferentes ideas. Obviamente, la arquitectura no es la solución a todos los problemas del mundo, pero permite que algunos ocupen espacios más justos en la sociedad y también amplifiquen sus voces.
Eduardo Souza: La ciudad ideal para un perro es aquella que tiene un poste cada un metro. Mi punto es: si nunca tendremos unanimidad, ¿por qué no intentamos un punto intermedio?
Nicolas Valencia: No hay un punto intermedio. Lo que entendemos como intermedio está definido por sus límites. Brasil es un buen ejemplo: el punto intermedio del espectro político actual es muy diferente en comparación a 10 ó 20 años atrás.
Victor Delaqua: Como fenómeno inherente a la condición humana, comprender y respetar la diversidad debería estimular y permitir soluciones que construyan una sociedad centrada en todos los individuos. No deberíamos intentar crear diseños neutrales porque incluso un punto neutral o intermedio no puede ser igual para todos.
Romullo Baratto: Estoy de acuerdo con Víctor cuando habla de que la neutralidad es diferente para cada individuo. El problema con la arquitectura es que construye cosas en el mundo físico y necesariamente establece reglas, límites y límites.
Eduardo Souza: ¿Pueden nombrar un edificio o espacio que logre eso?
Victor Delaqua: La red Sesc en São Paulo es un excelente ejemplo. Puedes ver que cada generación, género u otro tipo de diversidad se juntan en diferentes partes del mismo edificio.
Eduardo Souza: Obviamente, es genial, pero estoy seguro de que algunos grupos no son reconocidos en sus proyectos. Y mi punto es: no es solo la arquitectura en sí lo que lo hace accesible, sino todo el programa y los conceptos detrás de la fundación de la institución. La misma arquitectura en otro contexto no podría ser tan accesible.
Romullo Baratto: No creo que ninguna arquitectura sea absolutamente positiva. Incluso los arquitectos de todos los proyectos Sesc deben tratar de ponerse en el lugar de otras personas al diseñar. Sin embargo, este podría ser un buen punto de partida para hacer que los espacios sean más accesibles para todos.
Victor Delaqua: La naturaleza es diversa y resistente solo debido a esta diversidad. Cuando intentamos eliminar esta diversidad, como lo hicimos en el movimiento moderno, sabemos que no funciona y frustra a mucha gente. Es imposible complacer a todos y hacer una ciudad universal perfecta, pero como arquitectos y ciudadanos deberíamos buscar una ciudad más diversa que se adapte a todos.