Hace 200 años se incorporaron los parques a las ciudades. Hoy la 'vida de playa' puede llegar al corazón de las urbes.
Una alternativa revolucionaria de alto impacto social, que está cambiando el estilo de vida urbana, está ganando terreno mundialmente. Se trata de las lagunas de acceso público (PALs, por sus siglas en inglés), un concepto desarrollado por la multinacional de innovación en aguas Crystal Lagoons, que lleva al centro de las ciudades proyectos al aire libre con vida de playa, arenas blancas y monumentales lagunas de aguas cristalinas, aptas para el baño y los deportes náuticos. Con la capacidad de recibir más de un millón de visitas al año, estos grandes cuerpos de agua pueden incorporar centros culturales, de entretención y servicios, accediendo fácilmente a través de un ticket o bien disfrutando en las áreas de contemplación de libre acceso.
Las PALs están modificando la vida de millones de personas en las urbes al traer una fracción del océano a pasos de sus hogares, al igual como ocurrió hace 200 años, cuando se crearon los parques urbanos. Hoy, la mayoría de las urbes del mundo consideran parques y áreas verdes como parte de su configuración. Igual fenómeno está ocurriendo con las lagunas de acceso público.
La expansión es palpable con más de 60 proyectos en diferentes etapas de planificación y construcción en los cinco continentes. Concretamente en España, EE.UU., Indonesia, Turquía, Dubái, Centroamérica, Australia, Chile y Tailandia, donde recientemente se inauguró la primera PAL de ese país. En EE.UU. son diversos los proyectos en California, Texas, Georgia, Florida, Pittsburgh y Arizona y en Centroamérica, se desarrollarán 18 PALs en El Salvador, Guatemala, Costa Rica, República Dominicana, Honduras, Panamá, Nicaragua y Belice.
Estos proyectos responden a una necesidad insatisfecha: la inexistencia de cuerpos de aguas que permitan el baño al interior de las ciudades densas. De hecho, cuando se han abierto espacios con arena en ríos o lagos de las ciudades, se transforman en sitios multitudinarios pese a su precaria infraestructura, lo que refleja esta necesidad oculta de la población.
Las playas públicas implican distancias en auto o avión, y en general, cuentan con escasos servicios. Con las PALs se puede acceder caminando al paraíso tropical que tenemos en el inconsciente colectivo, incluyendo actividades culturales como conciertos, espectáculos y cine al aire libre. Se convierten en un buen lugar para incorporar restaurantes, anfiteatros, centros de eventos, cafés, tiendas de retail, beach clubs, deportes náuticos y mucho más. Permiten múltiples actividades, sin depender del clima, en cualquier temporada, dado que pueden ser cubiertas por domos completos o parciales.
Así, estos espacios pueden lograr transformaciones urbanas en cualquier ciudad del mundo y buscan valorizar significativamente el entorno urbano, revitalizando shopping centers, intensificando el uso de parques públicos, y aprovechando espacios en desuso en el centro de hipódromos o campos de golf. Su costo de construcción y mantención no es superior a un parque de similares dimensiones y utiliza la mitad del agua, lo que representa un uso racional y sustentable del recurso hídrico. Y, lo que es más importante, la utilización por parte de la gente es más intensiva.
Las PALs permiten acercarse al agua de manera segura e inclusiva, con un cuidado ecosistema que equilibra la entretención, arquitectura, ambientación, paisajismo y servicios. Parte de la experiencia está dada por las distintas materialidades y áreas de entretención, incluyendo aguas cristalinas, arenas blancas, decks de madera para los bordes de la laguna, bulevares, zonas de picnic, restaurantes, cafés, anfiteatros para eventos, conciertos y actividades culturales.
'Las PALs se incorporan armónicamente a las zonas públicas de las ciudades, siempre y cuando incorporen en su diseño la arquitectura urbana local. Es necesario que converjan con la planificación urbana general, usos y códigos de las distintas zonas, como también anticipar su impacto económico, ambiental y vial', según la visión del ingeniero Chris Falce, Vicepresidente de Kimley-Horn, empresa de diseño e ingeniería en EE.UU., participante en la gran mayoría de los proyectos de Crystal Lagoons en Norteamérica.
La expansión de las PALs escala rápidamente, dado que son de uso masivo y de rápida recuperación de la inversión.
Un ejemplo de este éxito, es lo ocurrido en EE.UU., donde el primer proyecto privado inmobiliario con laguna –emplazado en una zona suburbana, a 40 minutos de Tampa- decidió abrirse a la comunidad porque la gente se volcó a la playa. El resultado fue tan positivo que frecuentemente deben cerrar las puertas para controlar el flujo de visitantes.
Para concretar el potencial que tienen las PALs, Crystal Lagoons está invitando a actores relevantes de distintos mercados que quieran participar de esta revolución, asociándose con grandes desarrolladores, hipódromos, parques públicos y malls, entre otros.
Crystal Lagoons proporciona a sus socios su revolucionaria tecnología patentada a nivel mundial, de construcción y mantención de extensos cuerpos de agua en estado completamente cristalino, con hasta 100 veces menos químicos y sólo un 2% de la energía que utilizan sistemas convencionales de filtrado. Adicionalmente, aporta todo el know-how de manera colaborativa, para que el desarrollador y los arquitectos creen obras inspiradoras, que dialoguen en escala, carácter y densidad con el entorno y la ciudad. Se proveen guías de diseño y lineamientos flexibles de paisajismo que combinan con flora nativa, de manera sustentable con el medio ambiente.
La visión de futuro del científico e innovador, Fernando Fischmann, fundador de la compañía Crystal Lagoons, es que las PALs cambiarán definitivamente el estilo de vida de las ciudades, en todos los niveles socioeconómicos y sin importar si se sitúan en países desarrollados o emergentes.
El concepto es un legado trascendente, que busca cambiar la vida de las ciudades y permanecer en la evolución urbana. Una nueva oferta de experiencia urbana memorable, acorde con los tiempos.