A partir de septiembre, todos los barcos que pesen más de 1.000 toneladas tendrán prohibido ingresar a la laguna veneciana. El gobierno italiano tomó la decisión después de las protestas por accidentes que dejaron a 5 personas heridas en junio de 2019, después de una colisión entre un crucero, el muelle y un pequeño barco turístico.
De hecho, esta no es la primera vez que surge este problema. En 2013, la prohibición de este tipo de embarcación fue revisada por ley, y en 2017 se hicieron anuncios sobre el desvío de rutas del centro histórico, pero no tuvo ningún efecto legal.
Con estas decisiones, el gobierno también busca reducir los problemas de erosión en los edificios y la contaminación en los canales. De hecho, algunos expertos dicen que los cruceros son un riesgo para la laguna, crean olas que erosionan los cimientos de la ciudad y atraen a muchos más turistas de los que la ciudad puede manejar. Los planes apuntan a redirigir un tercio del total de embarcaciones para fines de 2020.
Noticia vía BBC.