Descripción enviada por el equipo del proyecto. Acciones temporales, marcas efímeras.
Cuatro restricciones para cuatro libertades.
Un sólido capaz.
Intervenimos los bordes de un entorno volumétrico. Lo tomamos tal como es y lo afectamos por las condiciones de borde elegidas, hecho que permite transformar un objeto singular, pues su abstracción aporta autonomía, quedando marcas efímeras en su talla.
Un sitio para ubicar.
Todo el vacío urbano es libre para configurar el edificio en armonía. La estructura forma parte de la topografía, pasando a conformar los alrededores. Los accesos y conexiones -atentas al rico trazado urbano- resuelven en continuidad diversas alturas locales, uniéndolos tanto a nuestro edificio como a otros; organizando el tráfico rodado y creando zonas de suspensión, para que resulte ser un espacio urbano unitario sin necesidad de aceras o muros.
Resultados efímeros.
Una determinación ética.
Tiene sentido que este lugar experimente diversos temas de mercado como ecología, sostenibilidad o experimentación constructiva, y que en efecto, se reúnan de forma natural los intereses de la sociedad con los del arquitecto.
Es nuestra obligación fomentar el avance y la investigación, independiente de su rentabilidad actual, pues nuestra actitud didáctica contribuye al esfuerzo de tantas personas y empresas, que nos abren caminos futuros.
El edificio será capaz de recibir temporalmente e incorporar soluciones novedosas a lo largo de su vida.
Aquí se construye el edificio y su imagen, su aspecto significativo; la condición cambiante de la sociedad y el medio ambiente.
Y sin daños, de forma precisa y contundente.
Un programa evolutivo
Actividades muy diversas, algunas más públicas que otras, pero que aconsejan transparencia y presencia en una sociedad que hoy no nos conoce.
Un espacio capaz de transformarse continuamente en su uso. Un sistema de circulaciones externas, como tronco de árbol, autónomo de las organizaciones particulares del espacio que envuelve y aclimata, permitiendo el funcionamiento autónomo de las partes del edificio y la anexión entre ellas.
Visiones de momentos efímeros en la vida del edificio.
En respuesta a un programa evolutivo que intenta satisfacer actividades muy diversas, algunas más públicas que diferentes, y en las cuales la capacidad de ajuste y transformación en el tiempo se convierte en un factor importante, el edificio plantea una organización capaz de transformaciones continuas en su uso.
La organización interna también responde a estos criterios de flexibilidad, el programa mínimo de la Oficina Central se distribuye de forma constante en sección, dejando cavidades que, conectadas directamente con la circulación exterior, pueden utilizarse de manera independiente y con diferentes horarios, alojando también entre ambas pieles los espacios de relación y descanso.
Se ha buscado un edificio que, cumpliendo perfectamente su objetivo funcional, contribuya al logro de un entorno con la máxima calidad posible, tanto en el interior como en el exterior. Por un lado parece ser deseable demostrar la presencia del público -actividad tan importante para la ciudad- que en ella se desarrolla. Por otro lado, esta transparencia permitirá incorporar la vida del edificio y las ofertas culturales en las actividades civiles que se desarrollan en la plaza, extendiendo así su dimensión social en un entorno hoy en día degradado.
Con el objetivo de implantar estos conceptos, se cree que algunos materiales translúcidos y transparentes, ligeros, de paneles frontales laminados consistieron en vidrio y polímeros aislantes, cuyo interior puede incluir los sistemas de aire acondicionado y captación de energía en la búsqueda de la reunión, entre tecnología y arquitectura como conceptos convergentes.
Una arquitectura cuya imagen responde a la materialización de una forma de gestión energética, demacrada y producida, apostando por las habilidades pasivas clásicas unidas a la aplicación de nuevas tecnologías. Y al igual que en estas "reuniones" para las que miramos laboriosamente, esto da curso a ser parte fundamental de la presencia y esencia del edificio.
La aplicación de nuevas tecnologías se materializa mediante la disposición en su frente sur y techo de un campo solar de células semitransparentes fotovoltaicas para generar energía eléctrica mediante un sistema conectado a la red eléctrica.
Estas celdas se integrarán a las hojas formando el frente como un elemento que construye su imagen y no simplemente como agregado. El uso de diferentes módulos fotovoltaicos se definirá en función de la necesidad de aportar diversos grados de transparencia u opacidad al frente, mediante configuración en frío (ya que el doble acristalamiento lo proporciona el revestimiento interior) y cambiando el sistema de cerramiento.
Además de funcionar como protección solar y efectuar celosías, se concibe este conjunto de nubes -cuya densidad cambiará en función de la luminosidad interior deseada- para optimizar la iluminación natural en todos los puntos del edificio.
Por otro lado, el principio bioclimático se basa en la idea de la creación de una "envoltura microclimática", es decir, de la envolvente translúcida o transparente que rodea el bloque interno del programa. El paisaje protegido que se conforma entre estas dos pieles, crea un espacio semipúblico con condiciones climáticas excepcionales, donde es posible pasar más tiempo "afuera" en un exterior que se ofrece al interior.