Descripción enviada por el equipo del proyecto. La casa es un pretexto para contemplar el paisaje.
Entre las continuas pendientes, la construcción de un plano de estar se vuelve prioridad: ambas casas se hacen como alternativas distintas para un programa idéntico: 80 metros cuadrados de interior y 100 metros cuadrados de exterior. La primera deja su cubierta a la vista, como una gran terraza que sale desde el cerro. La segunda distribuye verticalmente sucesivos balcones multiplicando las cotas de contemplación.
La solución de acceso se repite: con el uso de una pasarela se distancia la casa del terreno, lo que permite ocupar el suelo de la ladera. La primera casa ocupa el piso inferior para el acceso, sala de estar y dormitorios. La segunda casa se organiza en tres niveles: sala y cocina luego del acceso, una habitación por encima y otra debajo. Un departamento en lo alto del cerro con programas secos para una casa de campo de uso eventual.
La estrategia constructiva mejora la técnica cotidiana local. El ladrillo se utiliza como soporte, y cuando es necesario, forma la estructura del hormigón armado. Losas preformadas en paneles expuestos revelan la modulación de todo el proyecto. Para la terraza de la primera casa se hace un conjunto de placas en concreto elevado sobre la losa impermeabilizada, realizando de una vez el plano de estar, sombreado y drenaje.
Las escuadras de acero -todas ejecutadas por la cerrajería local- son retrocedidas y protegidas por el sistema de aleros que las dos volumetrías se esfuerzan en crear. Para la estructura de la segunda, se lanza un balance de las vigas en concreto de la cubierta, en que se hace un agujero cuadrado sobre el balcón más alto.
El terreno y la vegetación se mantienen casi intactos, pero son percibidos de manera diferente por los habitantes transitorios de estas dos construcciones, ya sea por la exposición parcial, recortada y cubierta de los balcones de la segunda casa, o por la experimentación atmosférica del paisaje en la terraza de la primera.