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Arquitectos: Bruno Giliberto, Iván Bravo Arquitectos
- Área: 416 m²
- Año: 2016
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Fotografías:Aryeh Kornfeld, Bruno Giliberto
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Proveedores: Melón Hormigones, Barraca Emilio Pohl
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Los denominados palimpsestos eran manuscritos elaborados hace más de 1000 años (Siglo VII), y por economía borraban las huellas de la escritura anterior en la misma superficie para dar lugar a la que la sucedía.
La escritura, si bien nueva, se grababa sobre una suerte de testimonio de la anterior, pudiendo cruzar muchas veces las huellas de una y otra, diluyendo en consecuencia la idea de borrado y nuevo, para dar nacimiento a una figura mixta y binominal.
La casa Zupe, es un resultado de esta cruza.
En la tierra, las huellas de la vivienda anterior fueron dejadas por el valor del suelo horizontal en la pendiente, y como tal, el nuevo diseño asume esta geometría como parte de su origen. Las fundaciones y terrazas definen la posición de las piezas reconociendo esta geometría como la huella de la preexistencia que define la partitura general del orden en el territorio.
La casa, como un palimpsesto, asume la huella de la escritura que la antecedía para trazar un nuevo orden sin desconocerla. Su altitud, sus perspectivas, sus vanos y muros son en consecuencia el resultado de un binomio reglado por la herencia.
Sobre este sedimento, la casa es silente, simple, entendiendo que cualquier artilugio desacredita la lectura binominal del suelo y trazado, que funde lo nuevo y lo viejo en un solo cuerpo.
El basamento de la casa, que importa fundaciones y plataformas horizontales de la vivienda anterior, desnuda el suelo como un cuerpo pétreo, un podio, un zócalo alzaprimado que anida en su superficie un conjunto de cuerpos de madera bruta, todos ellos intersectados y horadados por vacíos que permiten que el interior enmarque vistas sobre el valle, nutriendo los espacios de luz natural.
El silencio de sus formas se usa para amplificar detalles, materiales y encuentros que cargan la obra de una particular visión sobre el diseño. Puertas, ventanas, mobiliarios, cielos, pavimentos, gradas, barandas; elaboran un catálogo de piezas nítidamente definidas, articulando con ello una contraposición entre su orden silente y la complejidad de sus componentes.
Como un cuerpo siamés, la casa Zupe anuda la prexistencia entendiéndola como un aliado geográfico, como un suelo con altitud, y una altura con horizonte. La otra mitad, completa esta premisa solo entendiendo que la partitura estaba escrita, al igual que los palimpsestos del silo VII.