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Arquitectos: Horma; Horma
- Área: 280 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Mariela Apollonio
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Proveedores: Erco, Andreu World, Ceràmica Ferres
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto parte de un reto atractivo a la vez que comprometido: renovar una tradición.
El restaurante Teide, situado en una localidad cerca de Valencia en España, es un clásico que ha sabido actualizarse de generación en generación sin perder nunca sus valores originales: tradición, calidad, cercanía y bienestar. Tras 20 años sin renovarse llegó el momento de volver a rejuvenecer y con ello actualizar también su concepto de cocina y espacio.
Es por todo esto que el proyecto propone una solución de arquitectura interior atemporal, capaz de mantener la elegancia de siempre combinándola con la frescura y contemporaneidad requerida.
Durante mucho tiempo el restaurante había sido un espacio poco público, casi escondido y desconectado del acceso y la cafetería. Con la propuesta planteada, el proyecto propone acercar este espacio hasta el acceso principal, convirtiéndolo en un reclamo más y el final del recorrido que se inicia desde el propio acceso al local.
Dos ambientes, restaurante y cafetería, dos sensaciones y dos códigos materiales dialogan desde el acceso para presentar al usuario los dos opciones de una misma cocina. Para conseguir diferenciar los espacios sin alejaros, la elección material y de color ha resultado fundamental en el proyecto.
La cafetería se plantea con un ambiente más fresco, de luz global y natural, donde la madera del pavimento garantiza la cercanía y confort del usuario, que convive con vegetación en un ambiente sano y saludable.
El restaurante, situado en la parte posterior del local, estira su acceso hasta la entrada configurando también la fachada principal. En este caso, un pavimento de terrazo, pétreo y pulido, combinado con elementos de madera nogal sobre un fondo azul mar tratan de llevar al usuario hacia un ambiente más silencioso, elegante y tranquilo con una luz más puntual y dirigida que permite crear espacios más definidos y privados.
Tradición y contemporaneidad se ven reconocidos también en la elección material mediante el uso de materiales conocidos y familiares como el terrazo y la madera pero en posición, dimensión y proporción hasta ahora no planteados.
Durante el recorrido hacia el restaurante en el interior del local, una línea en el plano del techo se encarga de acompañarnos y guiarnos en el proceso. En ella se esconde la iluminación indirecta junto con las todas las instalaciones necesarias, quedando ocultas y totalmente integradas en el interior de la propia línea.
Fuera de ella las luminarias también diseñadas desde el estudio de arquitectura acaban de reconocer los espacios e iluminan con precisión el ámbito de cada comensal.
El mobiliario elegido acorde a cada espacio y vegetación acaban de dotar a cada uno de los ambientes la personalidad que les corresponde permitiendo diferenciar cada espacio sin perder la armonía del conjunto.
El objetivo se ha conseguido, un nuevo Teide que pretende seguir siendo el mismo de siempre.