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Arquitectos: Lorena Troncoso Valencia
- Área: 57 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Cristóbal Caro
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Proveedores: Arauco, Ceresita, Cordillera/Crest, Sipa
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El refugio, localizado en medio de un arremolinado bosque precordillerano, parece jugar entre la imitación y la contradicción. Instalado como un par de volúmenes claramente artificiales en su rigurosidad geométrica, la terminación de entablado ocre vuelve a remitir a materiales naturales próximos a los mismos troncos que la rodean, aunque la elevación de las formas y el entrecruzamiento de sus perfiles reiteran su construcción marcadamente contemporánea; en que se eleva un volumen sobre el otro, se intersectan sus extensiones principales y diagonales superiores y se advierte la sutil diferencia de entramados horizontales y verticales entre ambos: remarcando el cuidadoso diseño que las ordena.
Insinuando los interiores a través de recuadros de proporciones más concentradas, que sugieren una particular cotidianidad. De este modo, el objeto arquitectónico se sitúa en una naturaleza embriagante, como una inserción atemporal y respetuosa. Desde dentro, el dilema parece invertirse, el paisaje aparece enmarcado saltando de ventana en ventana, en un entorno blanco de mínimas decoraciones. Prestándose para la abstracción y la contemplación, en que lo doméstico se subyuga a instalarse en un nuevo lugar cuyo valor se remarca por los trozos vistos, pero también por su ausencia.
Para permanecer debe retirarse y contradecir su entorno dentro de los límites de la habitabilidad. Esta contradicción de traer la vida urbana y sus comodidades en medio del bosque necesita la distancia perceptual del espacio interior, que pierde la textura natural de la madera para revestirse de un blanco artificial, casi ensoñador, de modo que al salir vuelva lo natural en todo su esplendor y sorpresa, concentrando en el ventanal mayor y la terraza esa interrelación esencial: el dialogo concreto entre lo artificial y natural.
En este sentido, la cabaña se instala como una permanencia ocasional, albergada en una construcción arquitectónica que se reserva para momentos particulares, insertando de manera leve, pero celebrando el encuentro del lugar y su singular vida natural. Con la abstracción material que requiere la habitabilidad contemporánea, pero con una pequeña distancia y reverencia a la quietud y vibración del paisaje.