- Área: 260 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Marcos Guiponi
Cliente
El cliente es una pareja joven con dos hijos pequeños, el encargo: su primera casa construida, propia, hecha a medida y para toda la vida. Querían una casa de “espacio único” integrado y flexible en planta baja. Una cocina amplia, un living comedor con doble altura, un espacio comodín que por momentos pudiese operar como escritorio, estar diario o proyección del living comedor para ampliar su área en eventos especiales. Un patio interior y una batería aislada de servicios. En planta alta las habitaciones privadas resaltando la habitación principal sobre el resto, con baño en suite, vestidor y terraza propia.
Espacialidad
A las premisas del cliente decidimos sumar algunos ajustes que potenciaran secuencias espaciales capaces de estimular los usos manipulando la flexibilidad de expansión-segmentación interior sin dificultades y alejaran el resultado de un esquematismo funcional demasiado geométrico. El primero incorporó la transición exterior – interior a través del espacio contenido por la proyección volada de los volúmenes del segundo nivel, que generan dos aleros de recepción – extensión del espacio interior hacia ámbitos resguardados del sol y la lluvia, un ingreso techado para relacionarse con la calle, pérgola y parrillero para relacionarse con el patio y piscina sobre el fondo. Ámbitos semi-interiores que amplifican considerablemente el área de uso de la vivienda.
Una vez en el interior las circulaciones giran en torno al patio interior y la escalera, que se opone de espaldas al ingreso principal de la vivienda, para conectar la planta alta con el living-comedor directamente y así diluir la percepción de “espacio de paso”. Paralelamente la superposición de ventanales que acompañan el ingreso velan el espesor completo de la planta baja y su funcionamiento hasta el límite posterior del predio.
La segunda corresponde a la doble altura principal ubicada sobre el living, al cual se vincula la cocina y el estar mediante sistemas de cerramientos corredizos capaces de aislar y desplegar los espacios sociales para generar la flexibilidad pretendida. La planta alta se incorpora al sistema mediante un balcón interior que remata su circulación sobre un pequeño hall de ingreso a la habitación principal.
Material
En la selección de la paleta de materiales se priorizó potenciar un lenguaje de carácter expresivo y robusto a partir de las texturas y colores propios, que generara coherencia entre las diferentes superficies trabajadas. De esta forma el hormigón visto se utilizó como factor común de toda la propuesta variando entre el lustrado con helicóptero, hormigón lustrado a mano y diferentes disposiciones de hormigón visto entablonado. La cáscara exterior está compuesta por un muro doble de ladrillo, que solo devela su composición en una porción de la doble altura principal donde se decidió mantener la textura propia del ladrillo portante a la vista sin revocar. Superficies de mármol blanco, madera y ladrillo completan la composición final.
Para la estructura decidimos trabajar con la mayor ausencia de vigas y pilares posible a favor de reforzar la sensación de fluidez prevista en planta. Los aleros de hormigón visto que alcanzan los 4 m sin apoyo hacia el patio posterior complementan la continuidad espacial hacia el exterior. Por último, los ventanales en planta baja despegan el segundo nivel para buscar una ilusión formal; el segundo nivel “levita” sobre las grandes superficies de vidrio.