- Área: 782 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Guillermo De la Maza
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto se concibe como un templo en la selva, la abundante vegetación que habitaba el predio fue la pauta para concebir este bloque fragmentado que permite la secuencia interior – exterior buscada y lograr un uso eficiente de la luz y ventilación natural en todas las habitaciones, la estructura de concreto armado permitió grandes claros con cara al nororiente para el disfrute pleno del atardecer del lago.
La secuencia de espacios está regida por la sorpresa, la cual está orquestada por un corredor central que parte desde la fachada principal hasta la fachada posterior donde se ubica la piscina y el lago, este elemento longitudinal está inspirado en las perspectivas forzadas del teatro olímpico de Palladio para producir efectos de percepción forzada -acercamiento o alejamiento- y el cual, con su austeridad, es un fondo para el jardín que enmarca el umbral de acceso.
El recorrido focaliza la atención en el lago; transitarlo es una experiencia estética con el disfrute de los claroscuros que provoca la pieza del artista colombiano Ramón Laserna que está integrada a los muros que lo flanquean y que se enfatizan durante los atardeceres al generarse el mayor espectáculo visual al dramatizarse los efectos de luz y sombra, a la manera de la arquitectura de las grandes civilizaciones de la antigüedad como Chichen-Itza, Uxmal o Egipto.
La casa se presenta con una fachada frontal, sencilla, elegante, totalmente austera, detrás de un importante volumen vegetal arbóreo, en contraste con la fachada posterior que ve hacia el lago y que se integra a la tipología requerida y solicitada tanto por el conjunto habitacional como del cliente. Se trata en general de un objeto arquitectónico monocromático, en tonos arena-beige y oro que reciben armónicamente el proyecto de paisaje así como el contexto vegetal original. Se logra una integración cromática con el contexto por medio de la mímesis con la tierra y arenas de la zona.
El relieve del terreno es un elemento aliado para lograr una solución eficiente del programa arquitectónico, se conservó como nivel +-0.0 la calle y este se mantuvo por toda la planta baja, mientras que el terreno desciende de forma regular 15% logrando generar zona de cuartos de máquinas adyacentes a la piscina asegurando un optimo funcionamiento. El contraste en niveles entre el terreno y el asoleadero permite tener vistas a la manera de terraza elevada sin tener que haber subido ningún escalón al interior. El trabajo de nivelación fue mínimo ya que se logró crear un edificio fielmente adaptado a la fisonomía de la tierra.
La arquitectura y diseño de los elementos, especialmente los muros de carga, son únicos y reflejan un lenguaje tecnológico que integra el trabajo plástico del artista latinoamericano, ya mencionado, con el trabajo de cimbras de maestros carpinteros-ebanisteros del Estado de México, logrando las formas plisadas del cuerpo central el cual se complementa con un ejercicio audaz de cálculo estructural que permite generar grandes marcos con claros llevados al límite, los cuales permiten aperturas visuales de forma totalitaria hacia el lago.