La Facultad de Arquitectura de la UNAM es una de las instituciones más reconocidas a nivel nacional e internacional y esto se ha demuestra cada año con distintas muestras, festivales, publicaciones, conferencias, coloquios, concursos, etc. En esta ocasión, tuvimos la oportunidad de acercarnos con los alumnos de Octavo Semestre del Taller Jorge González Reyna para convocarlos a participar en la selección de los mejores trabajos del semestre para publicarlos en nuestra plataforma, motivar a los alumnos y generar vínculos con la comunidad estudiantil quienes son las siguientes generaciones que construirán y se cuestionarán sobre el futuro de nuestras ciudades.
El ejercicio del semestre consistía en elaborar un proyecto ejecutivo habitacional con varios intereses y reglamentaciones que proponían los asesores incluyendo las normativas específicas del sitio en donde se trabajaba para integrar las propuestas de los integrantes del equipo en cuanto a diseño, valores estéticos e inclusión con el contexto inmediato. Para esto se decidió trabajar con un proyecto para la construcción de un edificio de vivienda de altura mayor a diez niveles en el predio ubicado entre Avenida Patriotismo y Goya, localizado en la Colonia Insurgentes Mixcoac. A partir de este punto se desarrollo un corto estudio de la normatividad aplicable al predio y con el resultado de éste se pudieron organizar grupos de tres integrantes para presentar sus propuestas, las cuales debería de satisfacer de la mejor manera posible los requisitos de área vendible para analizar su factibilidad como un proyecto de inversión inmobiliaria.
Sigue leyendo para conocer algunos de los mejores trabajos de alumnos del octavo semestre del Taller Jorge González Reyna de la Facultad de Arquitectura, UNAM.
Elan Emmanuel Muñiz Sandoval y Esteban Andrés Vivanco Rizo
El jardín es un espacio de apropiación para el habitador, una idea generada del imaginario colectivo por el hogar ideal y confortable. El crecimiento exponencial de la Ciudad de México, ha provocado el olvido de los jardines, debido a la verticalización de la ciudad, de manera que los espacios se conciben como cajas genéricas sin posibilidad de apropiación ni arraigo. Con este proyecto buscamos romper con los esquemas de habitabilidad genéricos dotando a cada departamento de características particulares, desde su posición y adecuación de espacios exteriores.
Bernal Vázquez Cristina Marisol, Colin Diaz Verónica Odethe y Juárez Paredo Omar
El proyecto busca integrar el conjunto con el Parque Goya, creando una conexión inmediata bajando la escala de Av. Patriotismo hasta Calle Goya, formando patios interiores para ventilación, iluminación, vistas y convivencia. De igual manera se busca la integración de los 3 edificios mediante el uso de terrazas y puentes al exterior. El conjunto cuenta con tres torres de departamentos, una de 14 niveles, otra de 11 y la última de 6 niveles, teniendo en total 47 departamentos siendo estos; loft, departamentos 1 nivel, Penthouse, que van desde 73 m² hasta 190 m². El edificio en una búsqueda por reducir el impacto de gasto de energía, se tiene un sistema de captación solar mediante paneles fotovoltaicos, para calentadores de agua de cada departamento, y para la red del edificio en general.
Tomás Sánchez Olivares, Felipe Alberto Campos Caldera y Mariana Corona Martínez
Los departamentos se desarrollaron en torno a la ubicación central de servicios de instalaciones y ductos. Mientras tanto, las áreas de estancia y recamaras buscarían estar favorecidas por los frentes libres de la planta esquemática, resultando en orientaciones oriente-poniente en las torres externas y norte-sur en la torre central. Además, a partir del séptimo nivel, la torre levante se beneficiaría de la vista al parque Goya, aprovechando la restricción de altura al predio de la calle Goya.
El resultado de las fachadas fue entendido de dos maneras; por una parte, había tres diferentes fachadas, todas con condiciones de asoleamiento y contexto inmediato diferentes que no podían ser resueltas de la misma manera. Por el contrario, la escala del edificio y la superficie que cubrirían las fachadas serían más que significativas. Para esto se consideró la idea de integración plástica de la arquitectura del movimiento moderno, en especial del proyecto de la Basílica de Arantzazu del arquitecto Francisco Saénz Oiza que, en colaboración con artistas como Eduardo Chillida y Jorge Oteiza.
José Octavio Godoy Holguín, Sandra Ocampo Zenón y Matouš Štrba
La intención era generar un corredor que conectará al edificio con sus dos diferentes escalas; la escala “urbana” de Av. Patriotismo y la escala “barrio” de calle Goya. Se tomaron como ejes dos flujos peatonales perpendiculares a dichas calles, generando así el corredor donde se integran la vida urbana con el proyecto para diseñar una estructura modulada que permitiera el libre acomodo de los espacios habitables. Logrando así, módulos de departamentos que se adaptan a la estructura generando un juego de vacíos; ll vacío en el proyecto tiene un rol esencial, es ahí donde el edificio se abre y respira por medio de terrazas.
Camargo Calderón Sonia, Meneses de Anda Juan Erick y Servin Salazar Mauricio
El diseño de nuestro proyecto fusiona los elementos de patios, luz, sombras, macizos, presentando dos patios definidos por 3 volúmenes rectangulares que se conectan entre sí, en planta baja mediante remates visuales y en nivel 6 por un Roof Garden, construidos de hormigón, ladrillo y perfiles de aluminio. Estos perfiles de aluminio forman una celosía repetitiva a base biombos, formando un muro permeable, permitiendo un mejor control térmico del espacio y estableciendo un dialogo dinámico con la ciudad.
Durante el desarrollo de este proyecto pudimos acercarnos más profundamente a los elementos arquitectónicos de la habitabilidad y su relación con la estética, generándonos más dudas acerca del quehacer del arquitecto hoy en día y cuestionándonos nuestra manera de actuar en la sociedad siendo partes del sistema, lo que este proyecto nos deja como aprendizaje es la tarea de repensar la producción de la arquitectura y priorizar las experiencias y emociones como programa arquitectónico.
Fausto Pasten Mendoza, Karen Estefanía Santos Fernández y Erick Velázquez Cantor
A causa de la inmediatez que sufrimos actualmente la gente cada vez carece más de interacción social, siendo así que en muchas ocasiones vivimos aislados de las personas y los hechos que nos rodean. Es por eso que la idea generadora de nuestro proyecto es la recuperación del concepto de unidad y de interacción dinámica por medio de un patio, representante de la unión de nuestro conjunto habitacional. Los núcleos de circulación pasan a tomar gran importancia ya que estos son los que rigen la convivencia entre las personas, son los puntos de encuentro, nodos de las relaciones sociales y bordes que delimitan las mismas; es por esta razón que decidimos desligar la continuidad de la circulación del estacionamiento a las torres para invitar a los habitantes de cada una a cruzar por el patio que las une, logrando así que de alguna manera la circulación pueda romper la monotonía de la rutina que agobia a nuestra sociedad contemporánea.
Durante las presentaciones de los equipos pudimos notar que existe actualmente una inquietud en los alumnos que los motivan a cuestionarse los ejercicios y los lineamientos que se establecen a la hora de proyectar construcciones de dicha escala como la calidad del espacio público, la cantidad de metros cuadrados habitables o la capacidad del terreno para contener cierta cantidad de viviendas abriendo un diálogo para fomentar la capacidad propositiva ante estos cuestionamientos.
También se debatió sobre lo importante que es regresar siempre al proceso creativo para explotar las distintas soluciones posibles puesto que, en proyectos de tal magnitud en ocasiones se deja de lado. Creemos que es fundamental que tanto despachos como desarrolladoras y plataformas de arquitectura nos acerquemos a escuchar qué pinta el futuro de las nuevas generaciones y qué pinta el presente de las nuestras.