Sobre las sequías e inundaciones del negado lago de la Ciudad de México

La situación del erróneo manejo del agua en una ciudad que fue antes un lago, como lo es el caso de la Ciudad de México, se ha convertido en una constante con la que se tiene que lidiar día con día y de forma cíclica con el paso de los años por lo que diversos autores han estudiado distintas formas de abordar el cataclismo que representa negar la historia de un sitio. Sin embargo, el problema del agua en la Ciudad de México no sólo se enfoca en las constantes inundaciones sino en el abastecimiento de agua potable que frecuentemente resulta insuficiente y dispar en distintas zonas; esto debido al poco eficiente sistema subterráneo de agua potable lo que ha ido acumulando factores a la ecuación que constantemente está presente en temas de planificación urbana e infraestructura.

Este artículo fue publicado por primera vez con el nombre de 'Solving Mexico City's cataclysmic cycle of drowning, drying, and sinking' en Quartz.

La crisis del agua en la Ciudad de México, como la crisis del agua en muchas ciudades, es una historia que nace de mala gestión multigeneracional. Tomando en cuenta la situación de la Ciudad del Cabo, Sudáfrica, que, a principios de 2018 evitó un "día cero". Los científicos advirtieron al público y a los legisladores que la ciudad no podía manejar una situación como la de Cape Town; sus advertencias se volvieron más insistentes en los tres años previos al"día cero", cuando las lluvias invernales apenas llegaron. El gobierno nacional presuntamente ignoró a los expertos y no controló el uso de agua para uso agrícola a medida que avanzaba la sequía. Mientras tanto, el gobierno de la ciudad no invirtió en los proyectos necesarios de seguridad hídrica y se resistió a su costo. Era "una situación que los burócratas de la ciudad creían que se resolvería por sí misma", como decía Atlantic. Hasta que no fue así.

© Eduardo Verdugo. Solving Mexico City’s cataclysmic cycle of drowning, drying, and sinking. Vía QUARTZ

En la Ciudad de México, el problema se remonta a algunas de las primeras decisiones tomadas por los invasores españoles en el siglo XVI. Antes de esto, se trataba de una ciudad cuya fuente principal de agua dulce eran los lagos de la zona y los aztecas manejaban las inundaciones estacionales con una red de diques y canales. El más prominente de estos lagos era Texcoco, que rodeaba la isla en la que los aztecas construyeron la ciudad-estado (y su capital eventual) de Tenochtitlan.

Después de que los españoles tomaron Tenochtitlan, drenaron el lago, destruyeron la ciudad azteca y construyeron la suya propia al estilo europeo, lo que agravó las inundaciones estacionales. La Ciudad de México se inundaría irremediablemente en temporada de lluvias; incluso alguna vez permaneció así durante cinco años. Pero los españoles continuaron drenando el sistema de lagos y la ciudad tomó una raíz más profunda sobre el lecho del lago de arcilla limosa. Ahora, Texcoco y todos los otros lagos han desaparecido, a excepción de algunos canales al sur de la ciudad.

Los expertos ahora saben que estas modificaciones fueron una receta para más inundaciones. Las depresiones en forma de cuenco donde una vez estuvieron los lagos no tenían salida natural para el agua, y los bosques desnudos, cuyos suelos una vez actuaron como esponjas para el agua de la inundación, ya no servían como un amortiguador entre el agua y la gente.

© Dario Lopez-Mills. Solving Mexico City’s cataclysmic cycle of drowning, drying, and sinking. Vía QUARTZ

Sin los lagos, la Ciudad de México recurrió al agua subterránea para obtener agua potable.

El agua subterránea estaba, –y aún está– almacenada en los acuíferos relativamente poco profundos que se encuentran debajo de los lechos del lago. En teoría, las aguas subterráneas se pueden reponer, pero es un proceso lento; antes de que el agua de lluvia pueda rellenar un acuífero, debe caer a través de capas de tierra y rocas, pasando por muchas capas de tierra. De hecho, mientras que los residentes de Ciudad de México soportan meses de inundaciones regulares durante la temporada de lluvias en algunas partes de la ciudad, virtualmente nada de esa agua lo hace bajo tierra. Eso es porque la rápida urbanización ha sellado cualquier superficie permeable de la ciudad con el pavimento. En resumen, los poros de la ciudad están obstruidos.

La matemática es simple: si bombeas agua más rápido de lo que el agua de lluvia puede volver a entrar, el acuífero se agota. La Ciudad de México ya bombea agua dos veces más rápido de lo que puede reabastecerse y la población de la ciudad continúa creciendo. Hace una década, era casi la mitad de los 20 millones que es ahora, según datos de la ONU. Los acuíferos de la Ciudad de México se han convertido en cuentas bancarias a punto de estar sobregiradas.

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Sobre este autor/a
Cita: Mónica Arellano. "Sobre las sequías e inundaciones del negado lago de la Ciudad de México" 22 mar 2019. ArchDaily en Español. Accedido el . <https://www.archdaily.cl/cl/896426/sobre-las-sequias-e-inundaciones-del-negado-lago-de-la-ciudad-de-mexico> ISSN 0719-8914

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