El workshop y simposio internacional “De la Villa a la Célula”, realizado en la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Chile entre el 02 y el 20 de abril, se enfocó en la vivienda social y colectiva, entendida no solamente como relevante para la ciudad, sino como un problema eminentemente arquitectónico. El taller contó con la participación de los tutores locales Alejandra Celedón, Álvaro Arancibia, Tatiana Carbonell y José Manuel Monge, junto a los invitados internacionales Sam Jacoby (AA/RCA, Londres), Francesco Marullo (UIC, Chicago) y Max Kahlen (AA, Londres).
Tal como explica el equipo organizador, "cuestionamos la definición de la palabra "villa", la cual se ha usado para designar arquitectura muy distintas: desde la "villa palladiana" a la villa como población, y la villa como proyecto colectivo, el taller construirá su propia definición. Por medio de la idea de “célula” se buscó cuestionar el concepto de “vivienda mínima”, considerada ya no en forma individual ni en su arquitectura como objeto aislado, sino a través de la ideas de Karel Teige, quien ya en 1932 invitaba a entender este problema no como una versión reducida de la tipología dominante de una vivienda mínima, sino como una transición espacial hacia un modo colectivo de habitación".
Durante tres semanas consecutivas en abril pasado, los equipos barajaron diversas alternativas de reinvención de la manzana típica del pericentro de Santiago, en base a lotes rectangulares de 9 x 18 metros en una unidad mínima de 36 x 36 metros, siempre considerando las restricciones de manzana y de trama urbana típicas de la capital chilena.
"La pregunta sobre la relación entre la villa y la célula en estos días buscó poner a prueba proyectos de vivienda colectiva a través de diferentes escalas y formas de vida – como las de la propiedad, la división entre el trabajo y lo doméstico, y la inmigración – intentando recuperar así la noción de la vivienda como un ensamblado espacial, funcional y social", explican los organizadores.
A continuación, la propuesta del equipo integrado por Nicolás Navarrete, Giacomo Rinoldi, Javiera Rodríguez y Bárbara Rozas:
Al revisar la noción de Villa en la ciudad de hoy, proponemos una aproximación desde la indeterminación, respecto tanto al programa como a la propiedad. Contraponiéndose a una solución formal rígida, la estrategia proyectual reformula la villa por medio de la propuesta de una célula habitacional con una doble dimensión doméstica: la de lo mínimo y la de lo compartido.
Nuestra propuesta se basa en una serie de espacios positivos, dispersos y rodeados por espacios negativos que los complementan. Los primeros son espacios cerrados que contienen programas específicos y delimitados, mientras que los segundos componen diferentes tipos de Wohnraum. Esta palabra, acuñada originalmente para describir la “City made of rooms” de Ungers (1960), es relevante y atingente pues comparte su raíz –Wohn– con el concepto de vivienda: Wohnung. De este modo, siendo Raum espacio, se evidencia, por un lado, la concepción arquitectónica del problema de la vivienda y, por otro, recuerda su dimensión social a través del –Wohn– residir. En tanto, Wohnraum podría traducirse como espacio vital, estancia o estar.
Consideramos la “villa” como un grupo de viviendas con una identidad morfológica reconocible que produce la sensación de unidad, de una suma de partes que establece un diálogo con el entorno urbano y que no es, por lo tanto, una pieza autónoma. El proyecto se basa entonces en la repetición de células mínimas, similares pero no idénticas, que establecen tanto un ritmo un hilo morfológico conductor.
Reconocemos relaciones recíprocas entre el espacio y el sujeto, considerando que el último tiene sus propias necesidades, subjetivas y no genéricas, que podrían traducirse fundamentalmente como oportunidades y/o intentos de apropiación. Por lo mismo, creemos que es posible mejorar la calidad de vida de los habitantes de Cerro Navia (Santiago) reduciendo la célula doméstica al mínimo, sumándole luego un espacio comunitario de una calidad potencialmente mejorada. Para hacer esto, parte del programa habitacional es llevado al espacio indeterminado, colectivizándolo. Las dimensiones de la vivienda proponen una jerarquía espacial que hace necesaria la expansión desde el programa más privado hacia el público, asegurando así el uso del mismo y, por otro lado, disolviendo los límites entre la célula y el espacio colectivo (intermedio).
A nivel comunitario, los allegados son reconocidos como una oportunidad: proponemos un sistema de densificación consistente en la fusión predial de un mínimo de cuatro terrenos como forma de copropiedad. Mientras a escala urbana, proponemos la estrategia de infill: la inserción gradual del sistema en los vacíos dejados (creados) en la trama urbana. Esta estrategia pieza a pieza responde a la realidad del lugar, donde las propiedades se encuentran muy subdivididas y la tábula rasa parecía una solución a la vez difícil y poco apropiada
Workshop: De la Villa a la Célula
Organización: EARQ UC, Proyecto Financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes, Fondart Regional, Convocatoria 2018 - Folio nº 457810 y Fondo VRI RS170101 UC
Tutores: Alejandra Celedón, Álvaro Arancibia, Tatiana Carbonell, José Manuel Monge
Invitados internacionales: Sam Jacoby (AA/RCA, Londres), Francesco Marullo (UIC, Chicago), Max Kahlen (AA, Londres)