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Arquitectos: Javier Alcade, Sebastián Browne
- Área: 212 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Nico Saieh
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Esta casa se ubica en la en la XIV región de los Ríos, Chile, en un terreno que da hacia la orilla norte del Lago Calafquén. Se dispone de poco terreno plano y domina una fuerte pendiente hacia el lago.
Una condición determinante al momento proyectar fue la petición del cliente que todos los recintos habitables tuviesen vista al lago y que ningún dormitorio tuviese una condición muy desfavorable respecto a otro.
Se opta por un esquema en Y (i griega), el cual se dispone longitudinalmente en el sentido de la cota del terreno, cuidando de no cortar los árboles existentes, de esta forma se resuelve el programa de tal manera que todos los dormitorios y zonas comunes tengan vista hacia el lago. Las zonas comunes se integran en un solo espacio abierto, siendo sólo el mobiliario en obra y la chimenea los elementos que ordenan el programa, distinguiendo entre estar, comedor y cocina.
El volumen de la casa se construye mediante dos cubiertas en pendiente que se traslapan; una alta para los dormitorios y zonas comunes hacia el lago y una baja para el acceso, circulación y servicios. En la separación entre ambas cubiertas aparece un ventanal corrido que permite la entrada de luz por orientaciones opuestas. Estas cubiertas generan los aleros que entregan protección frente a las intensas lluvias de la zona, controlan la luz solar y permiten la aparición de espacios intermedios que gradúan el paso entre el exterior y el interior.
Tanto desde el interior como desde el exterior se hace visible el volumen en Y (i griega) y las cubiertas traslapadas, siendo ambas operaciones de diseño determinantes en la resolución de la arquitectura.
Desde el exterior, al acceder, se aprecia el volumen de la casa mediante el encuentro de planos conformados por muros (en dormitorios) y un ventanal modulado por la estructura, que corresponde al pasillo de distribución de la casa y que marca el acceso junto con un muro ligeramente diagonal. Desde el lago los planos se hacen diáfanos, los muros dan paso a los ventanales, permitiendo las vistas. En el espacio común los ventanales correderos se superponen y guardan en los muros, permitiendo que el espacio común integrado correspondiente al estar-comedor-cocina, quede completamente abierto y expuesto al clima exterior.
Desde el interior, el cielo en pendiente y el ventanal corrido determinan la espacialidad y carácter de los recintos y, en el caso de los dormitorios de los niños, también determina el programa, al permitir la aparición de un altillo en el cual se disponen dos plazas.
La ventilación de todos los baños se resuelve de manera natural mediante patios interiores, de esta forma podemos proyectar grandes ventanales en uno sin que estos se encuentren expuestos al exterior, evitando su disposición en el perímetro de la casa, para el cual se privilegiaron las vistas.
Todo el mobiliario se diseñó en función de la arquitectura y fue ejecutado en madera de coihue por carpinteros locales.