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Arquitectos: ARCHITEKTEN
- Área: 147 m²
- Año: 2017
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Fotografías:BICUBIK
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Proveedores: ELECTROMETAL, ENRIQUE TORRES, TEKNOMUEBLE
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Este proyecto está asociado con el fenómeno de la gentrificación y la regeneración de espacios post-industriales. Tinto Blanco WineBar&Shop ocupa el espacio de una vieja mecánica automotriz en Cumbayá dentro del Distrito Creativo La Tejedora, y forma parte de una comunidad que quiere revalorizar estos espacios residuales o terraine vagues dentro del tejido residencial/urbano del valle. De esta manera, se logra activar el suelo urbano, atraer nuevas inversiones -mayoritariamente emprendimientos-, y mejorar la calidad del espacio.
En este contexto, ARCHITEKTEN tiene la oportunidad de transformar un espacio existente en un sitio donde convivan una tienda de vinos por la mañana y un bar en la noche. Esto requería una aproximación de diseño específica para trabajar con las preexistencias del lugar, sus historias y sus potenciales.
Nuestro estudio quería explorar soluciones innovadoras y oportunidades en la superposición entre espacio, programa, forma, presupuesto y materialidad, en búsqueda de una belleza redimida.
El mayor reto fue entretejer las diferentes actividades para que convivan armoniosamente, pues los requerimientos programáticos, espaciales y lumínicos eran diversos. El bar, la tienda, la cocina, la cava, la pérgola, la oficina, y la bodega debían funcionar en coexistencia entre sí. Para lograr resolver el encargo debidamente, se emprendieron una serie de operaciones de diseño para acomodar un aforo de 50 personas y una exhibición simultánea de 262 botellas de vino y espumantes
La desproporción entre el programa y el espacio existente determinó una distribución no-tradicional. El trazado de una diagonal permitió generar dinamismo y profundidad, de tal manera que se reduzca el tamaño de la bodega y distribuya adecuadamente el peso del programa. La diagonal marca también la zonificación del espacio, separando parcialmente la zona de mesas + cocina y la barra principal con la licorera, para rematar con la cava de vinos al final. La manipulación del espacio se acentúa con el cambio de escalas, y la cuidadosa elección material que afectó el diseño del mobiliario.
La presencia exterior del bar era una necesidad primordial, donde la diagonal se hace evidente en una pieza exterior cubierta. Esta pieza logra mediar la relación del bar con el contexto inmediato y permite la permeabilidad espacial entre el interior y el exterior, a través de la apertura de una puerta basculante con un sistema complejo de resortes, que abre totalmente el espacio.
Un aspecto fundamental del diseño fue la minuciosa coreografía de materiales. Nuestra preocupación general trataba de mantener el estilo sobrio-contemporáneo de un wine bar y la estética industrial propia del contexto. La filosofía fue el cariño por el detalle, atentos a las afinidades inesperadas entre los materiales seleccionados que han sido dejado aparentes, honestos y las soluciones constructivas visibles. Por un lado, el acero negro fue utilizado por sus cualidades funcionales y estéticas relacionadas a la industria.
Se encuentra principalmente en la pérgola, la fachada, los maceteros y en la licorera. Por otro, la madera de pino relacionada a la industria del vino, brinda calidez y confort a nivel de cielo raso y en la barra principal. El piso presenta una composición modular de baldosas hidráulicas, realizadas artesanalmente, combinadas con una zona de microcemento negro para marcar el área de las mesas. El acero inoxidable está presente en los mesones de la barra principal y de las zonas de servicio de la cocina, de manera que ayuda a articular la combinación de contraste del resto de la paleta de materiales.
Este proyecto es, en cierto modo, una crítica a la búsqueda de la estética de lo pobre como recurso arquitectónico. Un recurso muy utilizado últimamente donde la materialidad pasa por encima a la arquitectura. Por el contrario, Tinto Blanco muestra una aproximación arquitectónica a la manipulación del espacio interior, preocupación por adecuado funcionamiento programático y una observación cuidadosa de la poética del proceso constructivo con el uso de la mano de obra local.