- Área: 280 m²
- Año: 2016
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Fotografías:Jaime Diaz-Berrio
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Proveedores: Polyflor, Breezway, Sculptform, Thermeco
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Hospital Veterinario de Wallan, en el estado de Victoria, es un edificio eficiente y elegante que renueva con éxito el concepto tradicional de lo que es una clínica veterinaria. Abierto las 24 horas, siete días a la semana, el hospital necesitaba una presencia que resultara claramente identificable y, al mismo tiempo, respetar el contexto residencial en que se ubica.
Una respuesta clara para el sitio
El cliente solicitaba instalaciones de última generación que cumplieran cómodamente con una serie de requisitos funcionales, a pesar de las múltiples limitaciones del lugar. Jaime Díaz-Berrio y Mark Allan, cofundadores de Crosshatch, decidieron levantar el edificio de un solo nivel sobre una base de mampostería remetida, situado a más de 16 metros de la calle. Al hacerlo, también mitigaron los riesgos de inundación de un terreno cuya pendiente se inclina hacia un arroyo en la parte trasera de la propiedad.
Haciendo que el edificio respire
Tres volúmenes rectangulares racionalizan la planta arquitectónica y reflejan los múltiples usos del edificio. La zona pública se encuentra al frente, con las áreas para los animales a un lado. Las áreas de personal y operativas son el corazón del edificio y ocupan la mayor parte del espacio. Cada volumen respira gracias a una amplia ventilación cruzada que se logra por ventanas abatibles y la intersección de los dos pasillos principales que articulan la doble fachada.
El resultado es un interior apacible y ventilado con un sentido de flujo y conexión entre zonas. Listones de madera, espaciados de manera uniforme, envuelven el edificio en las fachadas norte, este y oeste, proporcionando una eficaz protección contra la luz solar.
El edificio como señalización
La elegante pantalla de tiras de eucalipto unifica visualmente el proyecto para crear una forma singular y cohesionada. Esta segunda piel es la característica que define el edificio y refleja la topografía del sitio, proporcionando a la construcción una fuerte conexión con el lugar.
Por la noche, los listones suavizan la iluminación interior, emitiendo un resplandor cálido que crea un efecto parecido al de una lámpara que anuncia que el hospital está abierto. Esta innovadora estrategia permite a Díaz-Berrio y Allan evitar el uso de la señalización tradicional para no interrumpir el aspecto uniforme del volumen. Como resultado, los listones de madera crean un velo que oscila entre transparente y sólido, y permite vistas al edificio que se abren y cierran dependiendo de la posición del visitante, lo que da a la obra un sentido inesperado de dinamismo raramente visto en instalaciones de este tipo.
El Hospital Veterinario de Wallan es el primer proyecto comercial de Crosshatch.