Tal como informamos hace unos días, el equipo liderado por Alberto Moletto, Cristóbal Tirado, Sebastián Hernández y Danilo Lagos ha resultado ganador del concurso de diseño del Centro Antártico Internacional (CAI) en Punta Arenas, ciudad que forma parte de la zona más austral de Chile y del continente americano.
Integrado por tres áreas —investigación antártica avanzada, interactiva y plataforma logística—, el ambicioso proyecto estatal busca crear una infraestructura de arquitectura "distintiva e icónica necesaria, con el fin de consolidar la posición de Chile como país antártico y a Punta Arenas como la principal ciudad puerta de entrada a la Antártica Occidental".
En esta ocasión conoceremos en profundidad la propuesta ganadora del concurso internacional, definida por sus autores como un edificio híbrido, organizado "formal y programáticamente a partir de estratos o capas superpuestas, materialmente distintas, que acogen programas diversos cada uno con su propio carácter".
Memoria oficial:
Men Wanted: For hazardous journey, small wages, bitter cold, long month of complete darkness, constant danger, safe return doubtful, honour and recognition in case of success.
Mi primer viaje a Punta Arenas fue por barco, desde el Estrecho de Magallanes pude ver a la distancia en volumen liviano, etéreo que flotaba sobre el remate del borde de la ciudad. Un volumen que a la distancia tenía bordes sinuosos que dificultaba entender la geometría y que daban cuenta de un cuerpo horadado por el paso del tiempo. Rápidamente me vino a la cabeza la imagen de un iceberg a la deriva o también de los primeros navegantes del Estrecho de Magallanes que visualizaban desde lo lejos las luces de los habitantes originarios del lugar. A partir de esta última imagen pude reconocer el punto de inicio de la ciudad.
Una vez en la Punta Arenas fui a visitar el Centro Antártico Internacional, coincidía con ser el edificio que había visto desde la distancia, un edificio organizado por estratos. En la primer franja había un zócalo pétreo, oscuro que contenía los programas relacionados con el trafico de vehículos y mercancías. Este volumen denso a su vez sostenía un volumen liviano, translúcido destinado a los programas habitables que era utilizado por los visitantes y científicos.
El piso noble —elevado tres niveles sobre el suelo y organizado de manera lineal— tenía un gran espacio vacío en el borde, el cual permitía a través de un recorrido lineal y perimetral una imagen de la ciudad desde la distancia, además de configurar un balcón de contemplación hacia el Estrecho de Magallanes. Este espacio perimetral era dominado por una luz homogénea y calma, la cual contrastaba con el clima inestable del exterior, construyendo un espacio más bien abstracto que permitía una conexión más íntima con las actividades que sucedían en este nivel. En el centro de la planta y a continuación del espacio perimetral, se ubicaban el acceso principal, los programas públicos, salas de exposiciones, un bosque milenario y de remate un auditorio con vista a un paisaje que domina la Punta Arenosa. Estos programas ubicados en el centro del edificio varían su altura dependiendo del volumen de aire que cada uno de ellos necesitaba. Al exterior en este mismo nivel había una plataforma a modo de un muelle donde era posible tener un contacto más directo con el Estrecho de Magallanes, las vistas hacia la ciudad y establecer una relación directa con la potencia del clima patagónico.
En la parte superior del edificio y en paralelo al piso noble flotaba sobre las dobles alturas generadas por los espacios públicos, los laboratorios que dominando la totalidad del espacio. Desde arriba era posible observar como este programa contaba con accesos independientes que conectaban el nivel del suelo abovedado y el entorno urbano próximo destinado a actividades propias de los científicos, sin interferir con los que visitábamos este lugar, pero a su vez permitían la interacción espacial entre los diferentes usuarios y actividades del Centro Antártico Internacional.
Al terminar mi vista pude entender que el CAI no solo había sido concebido como un edificio independiente de la ciudad, si no que parte de su programa tenían una relación directa con Punta Arenas conformando así un edificio de carácter urbano situado en y desde el paisaje.
Descripción del proyecto
El proyecto del Centro Antártico Internacional es un ejemplo particular de edificio híbrido donde el cruce de elementos de distinta naturaleza se reúnen conformando un enclave unitario que da un nuevo sentido al lugar particular donde se emplaza: Punta Arenosa. Se organiza formal y programáticamente a partir de estratos o capas superpuestas, materialmente distintas, que acogen programas diversos cada uno con su propio carácter.
Propuesta urbana
El proyecto se apropia de la totalidad de los paños que conforman la Punta Arenosa, construyendo una antesala al CAI, de esta manera y a pesar que el edificio se emplaza en un terreno urbano, se construye un proyecto en el Paisaje, tanto desde su emplazamiento, como desde su visión desde el estrecho de Magallanes.
El CAI consolida el remate del borde costero de Punta Arenas a partir de la construcción de un Edificio Faro, retro-iluminado que asume su condición de borde para ser visto, funcionar de guía y a la vez ser una plataforma de observación.
Propuesta programática
Dada las características del terreno donde se emplaza el proyecto y las dificultades de realizar excavaciones en un terreno arenoso es que el proyecto se eleva, dejando el nivel 0 como un piso de acceso donde se resuelven los accesos vehiculares, peatonales y se realiza el transporte de los distintos usuarios, muestras y mercancías.
En el segundo nivel están los estacionamientos, las galerías técnicas y parte del auditorio. Este es atravesado por los accesos y el bosque milenario, así el nivel se vincula a la totalidad del edificio a partir de la configuración de su programa.
En el piso noble se ubica el programa público. Este tercer nivel remata en el auditorio el cual tiene un dominio visual sobre Punta Arenosa, la ubicación estratégica de este permite que el auditorio cuente con un acceso independiente, lo que lo puede constituir como un espacio autónomo del resto del edificio.
En el cuarto nivel se ubican alguna salas menores de exposición, la platea superior del auditorio y las dobles alturas de las salas principales del tercer nivel.
El quinto nivel remata con los laboratorios, los cuales al igual que el programa público se organiza en el largo total de la planta entregando de esta manera a los científicos el dominio total del espacio en el cual habitan con accesos independientes a los visitantes.
Propuesta climática
La principal estrategia del edificio es conformarse como gran espacio de transición, dentro del cual se generarán todas las actividades requeridas por el programa arquitectónico. La envolvente se genera mediante una cámara de paneles traslúcidos de baja emisión, que se comporta como un elemento regulador y contiene las pérdidas y ganancias energéticas, controlando el balance general del edificio.
Architects
Alberto Moletto, Cristóbal Tirado, Danilo Lagos, Sebastián HernándezUbicación
Punta Arenas, Magallanes y la Antártica Chilena Region, ChileJefe de Taller
José Tomas RodríguezColaboradores
Juan Ramón Samaniego, Joaquín Bustamante, Sebastián Paredes, Bettina KagelmacherEstructuras
Eficiencia Energética
Premio
Primer LugarAño Proyecto
2017Fotografías
Courtesy of Equipo Primer LugarÁrea
19000.0 m2