- Área: 350 m²
- Año: 2016
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Fotografías:Amit Geron
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Proveedores: Frener&Reifer, Guy Ofer, Peles
Descripción por los arquitectos. El proyecto se encuentra en Tel Aviv, ciudad declarada patrimonio mundial por la UNESCO en 2003, ya que "La Ciudad Blanca de Tel Aviv puede ser vista como un ejemplo sobresaliente a gran escala de las innovadoras ideas urbanísticas de la primera parte del siglo 20. La arquitectura es una representación sintética de algunas de las tendencias más significativas del Movimiento Moderno en la arquitectura".
La casa, con su origen fundado en edificios altos, busca recordar la herencia de la ciudad blanca. Se trata de una casa urbana de una familia que reinventa la idea del cubo blanco con la ventana en cinta, cuya característica es significativa de los edificios residenciales de los años 30 y 40 en Tel Aviv.
En los años 30 las ventanas en cinta se situaban una sobre la otra. En el 2016 esto permite una interacción flexible con los interiores de la casa y reaccionar a los alrededores.
Las ventanas en cinta son acentuadas por un marco de metal oscuro a su alrededor. En las entradas principales los bastidores metálicos se convierten en un pliegue metálico que define la entrada y protege contra el clima.
En el patio trasero el pliegue de metal se convierte en un dosel para la sombra. El cubo blanco se asienta sobre el montaje de paredes de concreto expuestas que forman un paisaje de plástico que pone en manifiesto la pureza del cubo blanco.
El interior de la casa se contrae con el cubo blanco, lo cual implica la interacción de las materias primas en yuxtaposición con la pureza del cubo. En el centro de la casa se encuentra una escalera en voladizo de metal y madera que se transforma en cada planta, en el sótano se convierte en un escritorio y área de trabajo, y en la planta baja se divide entre el salón y la cocina. Sobre la escalera una claraboya trae luz y recuerda el cubo blanco y por lo tanto la ciudad blanca.