- Año: 2017
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Fotografías:Justin Alexander, Jane McNeill
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Proveedores: Sky-Frame
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Hunters Hill es una atractiva e histórica península que se encuentra entre los ríos Parramatta y Lane Cove, en la costa norte del puerto de Sydney. El suburbio, un precursor al movimiento de la ciudad jardín, fue subdividido en el siglo XIX y habitado con mansiones de piedra arenisca y cabañas de madera victorianas con grandes jardines y parques privados que contienen árboles centenarios.
Era natural elegir piedra y madera para construir una nueva casa en el borde de uno de estos parques privados. La piedra arenisca de Sydney tiene un tono ligeramente amarillo que se oscurece y se vuelve más atractivo con el tiempo. Los materiales atemporales proporcionan una paleta de colores cálidos en una construcción de otro modo contemporánea.
Detrás de las paredes de piedra arenisca, se esconden los marcos mínimos de las enormes ventanas con cristal doble (Skyframe). Las losas de hormigón post-tensado están en voladizo con leve soporte de postes de acero para cubrir la terraza principal del jardín. Detrás de persianas verticales de madera, las ventanas curvadas se extienden del piso al techo.
Diseñado para una vida familiar dispersada y relajada, el diseño de la casa es muy simple y bastante cartesiano en el plan a excepción de una pared sinuosa que sobresale a la calzada. Cada habitación se abre a una terraza o al jardín a través de grandes puertas de vidrio que se deslizan en rodamientos de bolas, se puede salir sin notar los umbrales. Además, el movimiento es fluido desde la entrada a la sala de estar de planta abierta, mientras que apenas se nota la puerta de madera de piso a techo que, cuando está abierta, está totalmente escondida en la pared, pero cuando se cierra completamente separa el área abierta del resto de la casa.
Toda esta maquinaria moderna para una vida fácil podría llegar a ser estéril y aburrida sin un lado oscuro: al tomar las escaleras al sótano se encuentra un nivel subterráneo que alberga una colección de coches, un cine en casa, un taller y una cava.
La arquitecta del proyecto, Jane McNeill logró generar una preciosa cava y dibujos perfectamente detallados que no necesitaron de visitas de obra ni preguntas del constructor para ejecutarlos.