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Arquitectos: Bernardo Bustamante
- Área: 1000 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Sebastián Crespo
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Proveedores: Artepiso, Bath&Home Center, Gastón Caro
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Chiviquí es un barrio de Tumbaco, ubicado en las faldas del volcán Ilaló, tradicionalmente agrícola, se ha visto colonizado por nuevos pobladores provenientes del desplazamiento de la población de Quito hacia los valles, donde se han implantado innumerables nuevas construcciones de vivienda unifamiliar y multifamiliar.
El proyecto se coloca en una parcela esquinera, dentro de una pequeña lotización de seis lotes bordeado por un pasaje y la vía principal del conjunto, lo que permitió colocar las casas en el perímetro, cada una en una de las calles, cerrando la esquina con las edificaciones y permitiendo el acceso independiente a cada una de ellas por las vías.
La propuesta parte de la necesidad de hacer dos casas mellizas para dos hermanos. El programa era amplio y el lote reducido, por lo que se propuso generar áreas comunes que podría compartir entre los usuarios, optimizando la utilización del suelo.
Los estacionamientos y espacios de servicio se colocaron en un subterráneo, aprovechando la pendiente natural para facilitar el acceso, desde el subsuelo se puede acceder a las casas directamente por dos núcleos de circulación independientes, que luego se convierten en las circulaciones verticales de cada una de las casas. También comparten jardines áreas recreativas como piscina e hidromasaje que se encuentran en el patio que abrazan las edificaciones.
Las casas tiene áreas similares, pero no son iguales; tres dormitorios, cada uno con su baño y vestidor, sala de televisión, un estudio que da hacia una doble altura y una amplia área social que contiene en un solo espacio, el salón, comedor y cocina abierta, todas estas áreas dan a un gran porche exterior cubierto por los mismos volúmenes de la planta alta.
El sistema constructivo es de cimentación y muros de contención de hormigón armado con columnas y vigas de acero, losas sobre plancha colaborante.
La respuesta arquitectónica pretende ser coherente con el lugar. La escala del edificio es respetuosa con los vecinos, se marca la esquina con un volado de tres metros, la implantación de los volúmenes es paralela a la trama urbana lo que permite jardines frontales amplios hacia las calles manteniendo la vegetación como protagonista, acorde con el paisaje de los valles de Quito.