Tras viajar dos horas en una camioneta, los estudiantes del taller Con lo que hay de la UTI-Quito llegan al poblado de Pacto. La lluvia ha sido torrencial y ahora las nubes espumosas viajan al oeste devorando las montañas frondosas. Hacia donde se mire, todo es verde. En cada vuelta que daba el furgón por la carretera camino a Pacto, los estudiantes querían detenerse para tomar fotografías y quedarse mirando por horas una geografía tan cercana y lejana a su ciudad.
Los chicos, acompañados de Lorena, Cynthia y Kik -arquitectos fundadores de la oficina ENSUSITIO-, se sientan a conversar con los profesores de la Unidad Educativa 24 de Julio, el colegio de Pacto. Escuchan su historia, sus necesidades y las inclemencias del clima. El calor aturde en las salas de clases y los alumnos piden que les enseñen afuera, en el campo. No aguantan el sopor y se quedan dormidos.
Detrás de las salas, un barranco lleva a una cancha de fútbol invadida por la maleza, las plantas y los árboles. El barranco enmarca una vista privilegiada hacia esa misma geografía frondosa que los estudiantes intentaban capturar con sus cámaras arriba de la camioneta.
Como una revelación, la respuesta por parte de los estudiantes era obvia: había que sacarle el máximo partido a la vista. Todos empiezan a imaginar su propio mirador, pero Rafael Capelo, docente e inspector general, les interrumpe. "No nos interesa la vista. Vemos esto todo el día y tenemos necesidades más urgentes”.
Esto no es caridad, es un servicio
El Taller Con Lo Que Hay fue creado por la oficina ecuatoriana ENSUSITIO. En sus 10 ediciones, los estudiantes de este taller de Arquitectura impartido por separado en la Universidad Tecnológica Indoamérica (UTI) y la Pontificia Universidad Católica de Ecuador (PUCE) pueden trabajar en su primer encargo real. Deben lidiar con las comunidades, los clientes, los presupuestos y, por supuesto, sus propios compañeros.
Conversando con Cynthia, Lorena y Kik en una picantería de Quito, el trío comparte anécdotas, rescata personajes y recuerda percances de sus talleres, pero se marginan del relato. Ellos son invisibles, se preocupan de que el taller no se desborde.
Es un proyecto tan de los estudiantes, que en la conferencia presentada por la oficina en la pasada Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito, el trío subió al escenario junto a un grupo de estudiantes, quienes fueron los encargados de explicar las obras del taller. Las fotografías oficiales que circulan de la conferencia muestran a un verdadero elenco: estudiantes y arquitectos mezclados en primera línea.
Ya sea diseñando un parque infantil en los Andes, una parroquia en un pueblo agrícola o experimentando en el campo del landscape en Bolivia, cada Taller Con Lo Que Hay persigue despojarse de una careta de nuestra profesión.
Se nota en sus memorias: esto no es caridad ni paternalismo, sino un servicio; los talleres participativos no deberían ser ejercicios para lavar la conciencia de quien diseña; no se deben asumir las necesidades sin conversar; esto no es una donación, sino un traspaso mutuo de tecnología; las comunidades validan sus técnicas ancestrales y el equipo de estudiantes comparte mejoras constructivas que la comunidad puede aprender por sí misma.
Estos dogmas van amarrados a dos condiciones: el taller debe ser útil y con pocos recursos. Y en contextos socio-económicamente precarios, lo fundamental (y lo básico) es la estructura. Los talleres de ENSUSITIO son, por sobre todas las cosas, ejercicios estructurales. Aquí la estructura lo es todo.
Caña de bambú y hojas de cade
Durante dos días recorrí los proyectos del Taller Con Lo Que Hay-UTI en Pacto y Ambatillo, junto a ENSUSITIO, estudiantes que participaron en ambos proyectos y Fabricio Amancha, Decano de Arquitectura de la UTI. A ambas obras se llega en una camioneta, no sin antes subir laderas, bordear barrancos y esquivar torrentes de lodo. Ambos proyectos sirven a poblados humildes y satélites de Quito y Ambato, respectivamente. Si bien las distancias no son lejanas, la geografía del país del centro del mundo obliga a serpentear cordilleras, duplicando los tiempos de traslado. "Todo el mundo se centra en lo urbano y no se fija en lo rural", reflexiona Rafael Capelo, mientras caminamos por el patio de su colegio. Entonces, ¿cómo llega el taller a estos lugares?
En el caso de Pacto, la estudiante Katerina Núñez provenía de esa localidad y conversando con la gente de su colegio surgió la idea de mover el taller al pueblo. Mientras en Ambatillo, la UTI había desarrollado un proyecto de vinculación con el Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD) de la localidad, y entre los planes de un eje turístico se mencionaba un mirador. El Taller se adelantó y tomó el proyecto. "Entramos de ladito", confiesa Kik.
También en ambos proyectos la comunidad local maneja técnicas constructivas como resultado de los recursos que históricamente han poseído. En Pacto trabajaron con caña de guadua (bambú) en la estructura y las plataformas, neumáticos (llantas) y hormigón en las fundaciones, y cade amarrado con nailon en la cubierta. El cade es la hoja de la palma de la tagua, un material muy popular en las construcciones de la costa ecuatoriana. "Contamos con 30 hectáreas de terreno", explica Rafael, "donde tenemos caña guadua y cade. Con nuestros estudiantes y padres hemos trabajado y movilizado la materia prima para el proyecto", agrega.
Por otra parte, el Balconcito de Ambato fue construido en madera de eucalipto, cuerdas y paja de páramo. Pensado como un proyecto de tres etapas y que se asoma desde la ladera, el mirador ofrece una vista privilegiada de esta ciudad encajonada por la Cordillera de los Andes. Así también lo hace notar Luis Moreta, Presidente de la Junta Parroquial de Ambatillo, quien apunta a lo lejos con su dedo los principales hitos de Ambato, desde este bosque de eucaliptos. Más allá de la ciudad, la sombra de las nubes se desplaza veloz por las laderas cordilleranas, los cultivos de la ciudad y una autopista que serpentea la geografía ecuatoriana.
Luis se entusiasma con la idea de que alguien como yo, que viene desde tan lejos, esté interesado en conocer Ambatillo, un pueblo que mira a su hermano mayor desde este palco natural. Más allá de la artesanía en cuero, el ganado, la agricultura y sus casas de adobe, Luis sabe que tras la apertura del parque provincial de La Familia, Ambatillo guarda un gran potencial turístico. "Nuestro gran anhelo es tener visitantes de diferentes ciudades y países”, dice Luis. “Ojalá vuelvan los hermanos ecuatorianos que han tenido que abandonar el país", agrega recordando las oleadas migratorias del Ecuador hacia Estados Unidos y luego España en búsqueda de mejores oportunidades durante la segunda mitad del siglo pasado.
Ya de regreso a Quito, converso con Fabricio Amancha sobre los ejercicios del Taller Con Lo Que Hay-UTI. Es inevitable pensar en los proyectos de título de la Universidad de Talca. Fabricio reconoce que es un referente, pero también hay algo más. "Todos los estudiantes y arquitectos deberíamos pasar por esta experimentación en sistemas constructivos", dice. "Debemos ir experimentando. La solución de Pacto es un sistema constructivo amigable con la sociedad. Ese proyecto no puede estar en Ambato, pues es una zona más fría, y al revés sucede lo mismo. Esa identidad es lo que queremos".
Pienso en Ambato. Pienso en Pacto. Y me detengo a recordar las palabras de Rafael, el docente e inspector que nos abrió las puertas del colegio. No fue fácil coordinar tantas ganas por parte de alumnos, padres y docentes cuando hay tanto por hacer. La ansiedad nos nubla, de seguro. "Lo importante es que se ha asentado un proyecto en base a la necesidad", decía Rafael. "Al culminar, vimos la felicidad de los chicos, los padres y los docentes", agrega.
Llueve y hay que buscar refugio bajo el proyecto del taller. Cuando los niños retomen las clases en Pacto, el sol saldrá y el calor húmedo volverá a colarse por las salas. Me cuesta imaginarlo con esta lluvia, pero lo entiendo. "Todos vieron diferentes necesidades", le digo a Rafael.
"Claro, aunque nadie nunca debe asumir que la suya es más relevante. Primero debemos conversar", responde
Ver y no ser visto
Ubicación: Pacto, Ecuador
Año: 2017
Cliente: Unidad Educativa 24 de Julio
Taller Con Lo Que Hay-UTI 2: Omar Barrera, Diego Espinoza, Pamela Gavilanes, Adrián Loyola, Rene Montenegro, Jordy Navarrete, Jennyfer Alarcón, Estefanía Atiaja, Mauricio Iñacato, Katerina Núñez, Freddy Pazmiño, William Quilumba, Belén Pérez.
Tutoras: ENSUSITIO (Lorena Rodríguez, Cynthia Ayarza)
Asesoría: Enrique Villacís Tapia
Estudiantes Unidad Educativa 24 de Julio: Tercero de Bachillerato 2017
Arquitectura Paisajista I: Sofía Balarezo
Arquitectura Paisajista II: Pablo Serrano
Administración de Proyectos: Diego Guanoluis
Contratación y Fiscalización de Proyectos: María José Mena
Taller de Conservación del Patrimonio Edificado: José Ramón Leyva
Diseño Urbano II: Teresa Pascual
Estructuras IV: José Poveda
Instalaciones hidrosanitarias: Jorge Ponce
Resistencia de materiales: Manuel Guayasamín
Titulación I: Jorge Coronel
Asesoría Técnica: Patricio Cevallos
Directora Unidad Educativa 24 de Julio de Pacto: Irma Ojeda
Dirigente Unidad Educativa 24 de Julio de Pacto: Rafael Capelo
Decano FAAA-UTI-Quito: Fabricio Amancha
Coordinadora de la Escuela de Arquitectura UTI-Quito: Carla Altamirano
Coordinadora de Proyectos Escuela de Arquitectura UTI-Quito: Teresa Pascual
Voluntarios: José Luis Sigcha, Carolina Panchi
Balconcito de Ambato
Ubicación: Ambatillo, Ecuador
Año: 2016
Cliente: Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD) de Ambatillo
Taller Con Lo Que Hay-UTI 1: Alejandro Aulestia, Andrea Fiallos, Nicole Flores, M. Belén Freire, Grace Garzón, Evelyn Guamán, David Guambo, Gabriel Molina, Klever Moreno, Gabriela Moreno, Andrés Poveda, M. Lourdes Proaño, Andrés Romo, Jhon Silva. Luis Toapanta, Richard Toapanta, Henry Toapanta, Santiago Villena, Guido Yancha
Tutoras: ENSUSITIO (Lorena Rodríguez, Cynthia Ayarza)
Asesoría: Enrique Villacís Tapia
Ingeniería: Patricio Cevallos, Luis Fernández
Presidente de la Junta Parroquial de Ambatillo: Luis Moreta
Decano FAAA-UTI-Ambato: Fabricio Amancha
Subdecana FAAA-UTI-Ambato: Patricia Jara