Más de 31 proyectos de arquitectura social, vinculados a la participación de las comunidades con las edificaciones de su entorno integran la muestra Despliegues y ensambles, concepto que formó parte del pabellón de México en la 15ª Muestra Internacional de Arquitectura de la Bienal de Venecia, llevada a cabo el año pasado y que ahora alberga el Centro Cultural Jaime Torres Bodet.
Con la curaduría del arquitecto Pablo Landa Ruiloba, Despliegues y ensambles aborda el tema general de la Bienal, titulado Reportando desde el frente, idea propuesta por el chileno Alejandro Aravena, primer latinoamericano en ocupar dicha posición y Premio Pritzker 2016.
En este encuentro internacional se reflexionó sobre el trabajo social y la participación colectiva; además, se promovió el reconocimiento de testimonios cuya esencia se basó en la gestión y la relación entre el arquitecto y la comunidad.
Las propuestas se destacan por ser casos de producción de vivienda y espacio público, arquitectura escolar y para la salud; obras destinadas a la recreación y proceso de involucramiento con diversos sectores. En ellas, se plantea una revisión del estado actual de las experiencias, metodologías y la vinculación entre el creador y la sociedad. Son historias que capturan el cambio en una comunidad, donde la arquitectura pretende romper las divisiones sociales.
La museografía es la utilizada en el monumental pabellón de México en Venecia, construido un gran rompecabezas de soportes rígidos, con paneles de madera delgada flexible, curvas y conexiones en cada una de sus partes. Despliegues y ensambles se compone de módulos, mesas traslúcidas, soportes audiovisuales, maquetas, fotografías y otras estructuras que correlacionan obras, experiencias, líneas temáticas y personajes.
Es así como el público puede apreciar proyectos arquitectónicos con esquemas de participación ciudadana en distintas regiones del país, los cuales tienen un impacto social con mejoras en las condiciones de vida de sus habitantes. Tal es el caso de un despacho en Tijuana, donde se realizan talleres para migrantes y personas deportadas de Estados Unidos; o las construcciones edificadas a partir de material reciclado en una comunidad rarámuri en Chihuahua.
Otros ejemplos son las viviendas de adobe construidas por una localidad de Guerrero tras el paso de un huracán; o la solución de una población en Puebla al edificar un centro comunitario hecho con bambú, planta abundante del lugar. Asimismo, se encuentran las cooperativas que tienen el propósito de apoyar en sectores como la educación, el arte, la conservación de las tradiciones, el deporte y otros rubros.
Comulgando con uno de los principios que rigen al Instituto Politécnico Nacional, es como esta muestra relaciona el quehacer profesional con la sociedad, yendo más allá de los muros y los techos de un edificio, donde la arquitectura se encuentra inmersa en los procesos sociales desde tiempos remotos hasta la actualidad.
La exposición incluye también manuales de diseño, construcción y autoconstrucción, que en sus orígenes fueron herramientas consideradas democráticas, surgidas en nuestro país durante el periodo del presidente Lázaro Cárdenas, como es el caso del Manual del Campesino (1928). En dichos documentos, las aportaciones de los arquitectos permiten a los no especialistas implementar los proyectos en distintos contextos, convirtiéndose en una herramienta para transmitir conocimientos. Por lo tanto, son experiencias que pueden traducirse, adaptarse y multiplicarse.
La muestra Pabellón de México Despliegues y ensambles. 31 proyectos y propuestas de arquitectura social, proveniente de la 15ª Muestra Internacional de Arquitectura de la Bienal de Venecia, se encuentra en el Vestíbulo B del Centro Cultural Jaime Torres Bodet del IPN. (Av. Wilfrido Massieu s/n, casi esq. Av. IPN, col. Zacatenco, Delegación Gustavo A. Madero, Ciudad de México). Permanecerá hasta el 31 de agosto del presente año. Entrada libre.