Una de las técnicas más comunes de impresión en 3D consiste en usar un láser para curar el plástico activado por luz, imprimiendo capas de una en una en un proceso lento. Sin embargo, el startup de tecnología Daqri ha desarrollado una manera de acelerar este proceso usando hologramas tridimensionales.
La impresora funciona proyectando un campo de luz 3D sobre una bandeja que contiene un monómetro sensible a la luz llamado "Goo". El plástico se endurece rápidamente, permitiendo extraerlo usando una pantalla. El proceso en total solo lleva 5 segundos, en comparación con los minutos u horas exigidas por una impresora 3D común.
Además de aumentar su velocidad, la impresora también crea objetos macizos que no sufren de la debilidad encontrada en los "granos" entre las capas del objeto 3D. El proceso eliminaría la necesidad de las estructuras soportantes que actualmente se necesitan para algunos objetos 3D.
Ya que la tecnología sigue estando en desarrollo, persisten algunas limitaciones: la impresora solo crea formas delgadas. Ya que la polimerización del plástico libera energía, los objetos más espesos pueden estar propensos a la deformación por la fusión.
Daqri comenzó a testear el uso de estos hologramas en objetos visuales: uno de sus prototipos es capaz de renderizar una única imagen sobre un parabrisa con una resolución de 720p HD.