- Área: 86 m²
- Año: 2014
-
Fotografías: Rodolfo Lagos Berardi
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto se emplaza cercano al Lago Rapel, en un terreno de 896.5 m2. Éste se caracteriza por poseer una privilegiada vista hacia el lago y una fuerte inclinación en la mayor parte de su desarrollo. El presupuesto obliga a minimizar la intervención en la pendiente, conteniendo la mayor cantidad de programa en el mínimo de espacio plano disponible al comienzo del predio. Esto, sumado a las altas temperaturas que presenta el microclima de Rapel en verano, supone las siguientes problemáticas: la alta densidad programática, el exceso de radiación solar y la falta de un espacio de esparcimiento amplio.
La metodología para afrontar un encargo nace de la siguiente inquietud disciplinar: el programa se resuelve de manera intencionadamente neutra y genérica en panel SIP, para luego solucionar todas las problemáticas de arquitectura abordadas mediante un elemento resolutivo único. Este elemento, que en cada proyecto toma una forma y función diferente, se entiende como el gesto principal y es transversal a todas las propuestas de la oficina; dándoles un carácter uniforme.
El elemento resolutivo en este caso es el plano, que al plegarse genera un espacio de mediación entre las áreas comunes, protege el interior del exceso de radiación solar y habilita un amplio espacio de esparcimiento orientado a la vista principal en la cubierta.
Durante la temporada calurosa, el pliegue genera un alero que protege la casa del exceso de radiación solar, permitiendo privilegiar la vista principal sin generar sobrecalentamiento. Esta estrategia se combina con la utilización de una doble fachada ventilada de madera -tanto en los muros como en la cubierta- evitando la sobreexposición de la envolvente a la radiación directa. Por último, las ventanas sur se corresponden con aperturas hacia el norte y un patio central en sombra, lo que favorece la ventilación cruzada y mantiene las temperaturas interiores confortables.
Durante la temporada fría, el alero principal permite la entrada de radiación al interior, lo que combinado con altos niveles de aislante y la eliminación de todos los posibles puentes térmicos en la envolvente, permite que la pequeña estufa a leña que posee la casa sólo deba ser prendida durante los días nublados.