- Área: 320 m²
- Año: 2015
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Fotografías:Jaime Navarro
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Proveedores: Ornamenta
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Bésame Mucho es un restaurante que busca posicionar en el mercado europeo a la verdadera cocina mexicana, nombrada por la UNESCO patrimonio inmaterial de la humanidad en 2010. El restaurante se encuentra en Milán, capital de la moda, la creatividad italiana, y motor económico del País, en la zona “Porta Nuova” a pocos minutos del histórico barrio de Brera, esta nueva área de la ciudad se convierte en una revitalizada extensión natural del centro de la ciudad, y uno de los principales desarrollos que conforman el nuevo distrito de negocios de Milán.
Liquen, la agencia de contenidos que desarrolló el concepto de marca para Bésame Mucho, se inspiró en el México de los 50's, cuando Acapulco se consolidó como el destino internacional preferido por las estrellas de Hollywood.
Dicha agencia le comisionó a la firma RCD (Ricardo Casas Design) el diseño interior del local, haciendo hincapié en la relevancia de generar una atmósfera en la que los comensales vivieran una experiencia “Mexicana”; y al chef Mario Espinosa el diseño del menú, insistiendo en la necesidad de que se incluyeran platillos que abarcaran las distintas regiones de México y eliminando los clichés que se tienen en el Mundo de la comida mexicana, como los nachos y los burritos.
Dados los requerimientos, se decidió plantear un lay out con una cocina abierta que, además de ser punto focal, funciona como escenario múltiple en el que se puede desde observar los ingredientes y la forma en la que son preparados los alimentos, hasta tomar clases de cocina, hacer degustaciones y catas, y conocer marcas y productos mexicanos comestibles.
Hay otro elemento que por su originalidad, escala y estética domina el espacio: el candil monumental que cuelga del techo, en cuyo diseño RCD utilizó la silla Acapulco, uno de los elementos más icónicos de los 50’s. La pieza se conforma de cuarenta sillas de color azul distribuidas en tres filas de círculos concéntricos.
Con el fin de generar una base neutral que le diera unicidad al ambiente, la mayor parte de muros y columnas se recubrieron con cerámica artesanal italiana, en tono obscuro, que evoca al tradicional barro negro oaxaqueño y que, despiezada y colocada en forma “espina de pez”, simula el patrón de los tejidos de canastos y textiles mexicanos.
Para el resto de los muros se optó por papel tapiz diseñado en el característico color rosa mexicano, común en la arquitectura vernácula del país y ampliamente usado por algunos arquitectos representantes del Movimiento Moderno en México como Luis Barragán y Ricardo Legorreta. Otro toque de color se consigue a través de la gama de azules en sillas, vajilla y accesorios.
En cuanto al mobiliario, éste es en su mayoría de madera natural. La cava, única área independiente en el lugar, se ubica dentro de un cubo de concreto que cuenta con estanterías de madera; está iluminada por cincuenta lámparas de escritorio que recuerdan a la pieza Dear Ingo de Moooi, diseñada por Ron Gilad en honor a Ingo Maurer. El acento de esta área lo da un letrero de neón que dice “Salud”, palabra con la que los mexicanos brindamos.
Por su parte, los baños están recubiertos de un material que la gente puede intervenir con frases y dibujos con gises de colores