- Área: 15000 m²
- Año: 2016
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Fotografías:Hervé Douris
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Proveedores: Danpal, EVERLITE, JEZET SEATING, Kalzip, RESSORTS GERB, Reckli
Descripción de los arquitectos. La Cité des arts es una isla artística situada en el corazón de una zona en evolución al este de la ciudad de Saint-Denis, en la isla La Reunión.
El nuevo faro de la ciudad fue diseñado como un pueblo multidisciplinar, con una sala de conciertos de 350 asientos (ampliable a 600 a través de asientos retráctiles), talleres para artistas, estudios de danza y teatro, un edificio administrativo, un bar, un restaurante y una tienda cultural.
En virtud de este monolito esculpido por los vientos, las pequeñas calles y patios puntúan la ciudad, donde la aplicación de tiras confinadas crean callejones sombríos y patios privados que se actualizan por las plantaciones, lo que ofrece al público en general lugares de esparcimiento, encuentros artísticos y talleres.
Un punto de referencia en la entrada de la ciudad
La ciudad de las artes tiene un fuerte desafío: ser un punto de referencia en la entrada de la ciudad, un gran conjunto dedicado a la cultura, la recreación y el deporte.
Una ciudad que se vuelve a conectar a la costa
Contenido por una importante carretera que la separaba de la ciudad y del océano, el sitio ha sido sometido a una obra arquitectónica de reconexión urbana. El proyecto de la Ciudad de las artes, junto a sus nuevas conexiones con la ruta costera y barrios de los alrededores, vuelve a conectar la ciudad con el océano, creando un punto de encuentro, una confluencia artística.
Huellas de historia
Aunque el programa implicaba novedades, en ningún punto se consideró borrar la historia de este emblemático lugar, un antiguo emplazamiento industrial convertido en un lugar cultural y artístico, que recientemente organizó talleres para artistas y un teatro, el Palaxa. Éste se conserva renovado, al igual que los antiguos muros industriales que hacen un vínculo con el pasado, simbolizando la libertad de creación.
Una arquitectura mineral
El proyecto se presenta como un proyecto mineral, como los barrancos de la isla, un monolito esculpido por el viento, la lluvia y el sol. Sus líneas de base y el hormigón angular funciona como el intercambio de materiales lisos y rugosos, similares a los estratos de roca que se encuentran en los acantilados de la isla.
Una arquitectura de señalética
De este monolito emerge el volumen del auditorio (el Fanal), vestido con una doble piel de policarbonato iluminado por la noche. Este volumen es un faro real, que se ha convertido en una señal urbana y un símbolo del resplandor de la ciudad.
Un conjunto de doble piel
Las fachadas norte y sur forman una envoltura que protege el corazón de la isla: una en concreto y la otra de vidrio. Permiten fachadas interiores para abrir espacios al aire libre, que ofrece todas las posibilidades de aporte de luz natural y ventilación cruzada. Estas fachadas monolíticas consisten en una doble piel que juega con una fachada interior al descubierto ya sea para alejarse y crear patios que traen frescura y espacios verdes, o para organizar aberturas visuales reales a la costa o la ciudad.