- Área: 14020 m²
- Año: 2016
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Fotografías:Felipe Díaz Contardo
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Proveedores: CHC, Concret Doctor, CG Chile, Salomon Olivares
Descripción enviada por el equipo del proyecto. A 3 kms. del centro de la ciudad, alejado de la trama urbana, se erige el Casino y Hotel Ovalle, fundando una ciudadela en medio del valle del Limarí. Así como los antiguos habitantes del Valle se asentaban al interior de las Cárcavas; verdaderas grietas que seccionan la meseta central del valle, esta intervención pretende constituir una nueva cárcava sobre este lugar. Esta grieta busca dar refugio a través de sus recovecos, los cuales generan una secuencia de espacios interiores y exteriores que se esconden del tráfico exterior y las vías, favoreciendo la calma y el descanso.
Una gran pirca de piedra perimetral delimita el espacio habitable de esta nueva ciudadela. Sobre ella descansan los volúmenes que albergan los distintos componentes del programa formando una planta cuadrada, la cual se corta en sentido diagonal, formando así la grieta central de convergencia. Pareciera como si a este volumen monolítico y hermético, lo hubiesen esculpido de adentro hacia afuera, haciéndose lugar a través del material pétreo, generando así una fisura y dejando sin esculpir el perímetro.
Exceptuando el hotel, todos los demás edificios son bastante herméticos, con muros enchapados en piedra del lugar dando un sentido vernacular propio del clima de la región y haciendo alusión a las paredes rocosas de las cárcavas del valle del Limarí.
Cada volumen y su respectiva forma acusa de un modo muy sutil lo que pasa al interior. El casino y salón de eventos forman en conjunto una gran caja de un solo piso, a la cual se accede desde 2 puntos opuestos y que sobre su techo recibe un jardín botánico donde se exponen las principales especies de cactus de la región. Al otro lado de la grieta central se ubican el hotel y el spa, que a pesar de estar conectados presentan un lenguaje formal totalmente diferente, respondiendo al programa en su interior, pero manteniendo un carácter coloquial. El hotel se destaca por su revestimiento metálico, inspirado en la cultura diaguita y sus formas geométricas, emulando una greca. El spa constituye una sucesión de volúmenes cerrados y regulares dispuestos a lo largo de 75 metros. Cada uno de estos bloques alberga piscinas temperadas, salas de tratamientos corporales, y otros recintos con usos similares, rematando al final con la piscina exterior. Al fondo de la cárcava se sitúa el museo Diaguita, un gran monolito cúbico, seccionado por tajos de luz.