Más de 200 años después de la Revolución Industrial, la urbanización global sigue acelerándose. Mientras las proyecciones de la ONU indican que para 2050 el 75% de la población mundial vivirá en ciudades, las urbes recién creadas y el proceso de urbanización de las zonas rurales reproducen un estilo de vida basado en el consumismo y en la economía lineal, causando al mismo tiempo un impacto social y económico destructivo que compromete la existencia de los ecosistemas naturales del planeta.
En respuesta a este escenario, Fab City es una iniciativa internacional iniciada por el Instituto de Arquitectura Avanzada de Catalunya, el Center for Bits and Atoms del MIT, el Ayuntamiento de Barcelona y la Fab Foundation para desarrollar ciudades autosuficientes, localmente productivas y globalmente conectadas.
Dirigido por Tomas Diez, el proyecto está vinculado a la red global de Fab Labs y se compone de un think-tank formado por líderes ciudadanos, makers e urbanistas que trabajan juntos para cambiar el paradigma de la economía industrial por un ecosistema de innovación espiral, en el que los materiales fluyen dentro de las ciudades y la información sobre cómo se realizan los objetos circula globalmente.
Fab City quiere reinventar la forma en que operan nuestras ciudades y su relación con sus ciudadanos y la naturaleza a través la relocalización de la producción. Fab City toma los ideales de los Fab Labs (conexión, creatividad, colaboración, ciencia, cultura y tecnología) y los escala hacia la ciudad.
Es un modelo para que las ciudades transformen su manera de extraer y producir materiales desde un esquema en el que los "productos entran y los desechos salen" (PITO: Products In, Trash Out) a un sistema en el que los "datos entran y los datos salen" (DIDO: Data In, Data Out), lo cual significa que la mayor parte de la producción ocurre dentro de la ciudad, acompañada del reciclaje de materiales y la satisfacción de necesidades locales a través de la invención local, al mismo tiempo de estar conectada globalmente.
Según IAAC, la estrategia de Fab City es única pues se dirige a una variedad de objetivos ambientales, sociales y económicos a través de sistemas de acción enfocados en las nuevas tecnologías y en la producción. Fab City tiene como estrategia principal el desarrollo de una red articulada de ciudades que sean parte de un ecosistema sostenible de producción y conocimiento: desde las impresoras 3D en casa a los fab labs locales, pasando por industrias urbanas, hasta llegar a infraestructuras globales de producción, funcionando siempre como elementos complementarios.
El proyecto Fab City trabaja en las siguientes estrategias:
Ecosistemas complementarios de producción: crear una red global de ciudades que comparten conocimiento en código abierto sobre soluciones urbanas. Una red local de Fab Labs y centros de producción a mediana escala vinculados con una red global más amplia de cadenas de suministro, compartiendo a su vez conocimiento, prácticas y proyectos.
Producción distribuida de energía: con la llegada de baterías domésticas y las mejoras en términos de eficiencia y costos en la tecnología solar (otros medios para la generación de energía limpia), la producción y distribución de energía enfrentará enormes cambios para la industria tradicional.
Criptomonedas para una nueva cadena de valores: ciudades que crearán sus propias monedas locales vinculadas a una economía global conectada, usando sistemas de valor basados en el blockchain y tecnologías similares.
Producción de alimentos y permacultura urbana: la agricultura urbana se ampliará de una práctica experimental a una infraestructura de gran escala. La producción de alimentos a escala doméstica, en el vecindario y en la ciudad crearán un sistema circular para la producción, distribución y la recolección de alimentos.
Educación para el futuro: hacer un énfasis más fuerte en el learning by doing, además de comprometer a todos los niveles educativos en la búsqueda de soluciones para necesidades locales a través de tecnologías de fabricación digital, compartiéndolas en la red global.
Construir una economía espiral: reducir la cantidad de la importación de bienes, alimentos y recursos como agua o energía. Aumentar el uso de materiales reciclados como materia prima para la producción de objetos en las ciudades.
Colaboración entre gobiernos y sociedad civil: gobiernos locales y organizaciones cívicas, startups, universidades y otras organizaciones tienen que trabajar juntas para lograr un cambio cultural que promueva el empoderamiento de las ciudades y sus ciudadanos.
En la Fab City todo esto será soportado por tecnologías como la fabricación digital, la rehabilitación energética de edificios y barrios, redes inteligentes de energía, movilidad eléctrica, permacultura urbana e infraestructuras inteligentes, junto con estrategias políticas y normativas relacionadas dentro de las demás soluciones que pueden ser difundidas globalmente entre las ciudades.
Fab City es un proyecto de transformación radical: se trata de repensar y cambiar nuestra relación con el mundo material de tal manera que podamos continuar prosperando en este planeta.
Para más información de Fab City Whitepaper, revisa el documento integral aquí [pdf], a cargo de Tomas Diez, director de la iniciativa.